Ian puso los ojos blanco cuando su teléfono celular volvió a sonar otra vez esa noche en verdad que ya lo tenían cansado con toda la mierda que estaba pasando. Habían pasado semanas desde que todos sabían las nuevas reglas y demás cosas que él había puesto. Ni siquiera había estado pendiente de Ethan y no sabía cómo saldría ese día después de arreglar muchas cosas Ethan al fin seria operado de la vista.
El embarazo de Ethan seria sin complicaciones a menos que este tomara las medidas necesarias. La semana pasada hubiese sido todo, pero Ian decidió esperar un poco más en lo que todo se calmaba las cosas, pero parecía imposible.
Ahora estaba en la sala de la casa presidencial observando cómo sus empleados se movía de un lado a otro para preparar quien sabe que de su esposa. Intentaba hacer memoria de que día era ese pero en verdad que todo se iba a la mierda cuando pensaba en Ethan y solo en él.
Solo esperaba que todo salir como lo tenía planeado o si no iba a enloquecer si algo salía mal ese día. Thomas tenía algo en mente al igual que Thomas, el cual estaba más que feliz con Jack y que también jugaba a la casita feliz con su esposa Camila.
Miró la hora en su reloj y solo tuvo que llamar a un par de hombres para preparar todo y poder salir de ese lugar lo antes posible, porque estaba a nada de volverse loco con tanto alboroto que esas personas estaban haciendo.
— ¿A dónde crees que vas? — Su esposa se colocó en frente de él — No puedes irte el día de mi cumpleaños. Eres mi esposo.
— Solo por un papel — rodó los ojos — No estaré aquí para este fracaso, tengo cosas que hacer.
— Iras a ver a ese estúpido omega — suspiró — Debes de quedarte, la prensa estará aquí en unas horas será raro que mi esposo no esté donde le corresponde.
— No estaré aquí para ver este circo, Jessica — sonrió, sin mostrar los dientes — No puedes obligarme, puedo matarte en un abrir y cerrar de ojos si lo deseo.
— No puedes hacerme nada de lo que estas planeando hacerme — se cruzó de brazos — Así que es un buen esposo y quédate conmigo.
— No — le pasó por el lado — Adiós hasta que se me dé la gana — dicho eso salió de la casa por la puerta trasera, donde lo esperaban varios vehículos y sus hombres.
Jessica pateó el piso cuando lo vio salir como si ella no importara en lo más mínimo y eso es algo que en verdad la fastidia de sobre manera cuando no le hacen caso a sus peticiones de diva. Su mandíbula se puso tensa y buscó su teléfono para hacer una imple llamada a Edward.
En cambio Ian estaba mirando su nuevo teléfono que Thomas le había mandado con uno de sus hombres de confianza, ahora todo estaba en su lugar hasta nuevo aviso en lo que las se pusieran color de hormigas.
Se colocó la película y el chaleco de cuerpo después de quitarse algunas prendas de su cuerpo. Salió como si nada del coche y entró rápidamente buscando con la mirada el elevador en menos de dos minutos llegó al tercer piso donde encontró a Thomas junto con Jack y Valeria.
— Al fin llegas — dijo, antes de soltar una carcajada — Te ves horrible con esa ropa, Ian.
— No me digas — rodó los ojos — Fue lo mejor que encontré en mi closet — dijo, sarcástico.
— Sí, claro. Te has salido de la fiesta de cumpleaños de tu esposa — colocó uno de sus brazos alrededor de los hombros de Valeria.
—No me gusta estar cerca de esa víbora y menos este día — se sentó al lado de Jack — Thomas te manda saludos, dice que portes bien y que no hagas nada en lo que no está.
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El Dictador {Gay} Sin correcciones.
Manusia SerigalaVersión gay de En las manos del presidente Hermosa portada hecha por: ariza-rs Ian Jones es un alfa del rango más alto que ha podido existir en el mundo, también un presidente que se desvive del placer en hombres como en mujeres, no obstante, deci...