# KIRIASU
⸻ Por no decir extraño, y utilizando una palabra más acorde a lo que cree que es. Aquel suceso fue mágico. ¿Tendrá algo que ver el hecho de que se encuentre en Navidad?
Dicen que en esa época todo es posible, que la magia está presente cum...
Al cerrar la puerta, ese llamado junto con el rostro de su ama de llaves la reciben en la entrada.
─Hola Sada-san, ¿ya llegó mi hermano?
─Su hermano no debe tardar en llegar, y sus padres volverán para la cena, como sabe.
Asuna asintió mientras se quitaba sus zapatos dejándolos a un lado de la entrada.
Hoy veinticinco de diciembre, Navidad, ella y su familia iban a tener una cena, únicamente ellos. No irían a ninguna fiesta con socios, saldrían de la ciudad o algo parecido. Sólo una cena en su casa.
Lo cual era un poco raro, pero ella no negaría que le gustaba la idea.
─¿Necesita algo señorita?
─No, estoy bien, gracias Sada-san ─incorporándose y tomando las bolsas de sus compras, se dispuso a ir a su cuarto─. En realidad estoy un poco cansada, creo que tomaré una pequeña siesta.
─De acuerdo, descanse.
─Gracias por su trabajo ─sonriendo, hizo una leve reverencia antes de subir las escaleras e ir a su cuarto.
Estaba cansada después de ir de aquí para allá comprando varias cosas, donde una amiga suya la arrastró para acompañarla, aunque, al menos se divirtió. Siempre era bueno salir un rato con sus amigas.
Entró a su habitación, dejó sus bolsas en una mesa y se dispuso a tener preparado de una vez el atuendo que usaría para la noche, sólo por si se quedaba dormida de más.
Una vez todo listo, vio la hora en su celular una última vez, antes de acostarse y tratar de sucumbir al sueño.
Tiene el presentimiento de que ese será un buen día.
Antes de cerrar sus ojos por completo, le pareció haber vislumbrado el primer copo de nieve cayendo.
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Hacía frío, podía oír el sonido del viento helado, y la caricia de la nieve en su mejilla le hacía saber que no estaba en su casa.
«¿Dónde estoy?»
Su aliento se condensaba en una nube de vapor al salir de su boca. ¿Acaso salió a un sitio? No recuerda haber salido de casa.
Lo último que recordaba era... Era...
Ya lo olvidó.
Bueno, lo mejor sería si lo dejara de lado. ¿Qué importaba, de todos modos? Ella ya estaba ahí, y era por algo.
Observó con detenimiento la especie de plaza en la que se encontraba. La nieve le daba un techo extra a las construcciones del alrededor y el montón de luces puestas iluminaba todo el espacio alejando a la oscuridad de la noche. El lugar estaba a rebosar de adornos y al centro de todo un lugar despejado, un gran árbol estaba irguiéndose bien alto.
