Después de "Battle Brawlers" #19

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   Para Dan no es algo inesperado que Shun se muestre tan inseguro ante todas las adversidades de la relación que ambos sostienen, puesto que Dan siempre supo que Shun se mostraba tan frío tras la muerte de su madre para poder evadir el dolor que este suceso provocaba en él... pero de nuevo elegía aislar todo lo que lo acongojara y así, convencerse a sí mismo de que no necesitaba a nadie en su vida.
   Shun decidió no dar más vueltas al asunto. Los días pasaban, y las vacaciones de todos los chicos estaban a punto de terminar: Runo debía terminar sus deberes curriculares, Marucho tenía que regresar a clases, Julie debía partir al valle bakugan para ayudar a sus padres, Shun tendría que volver con su abuelo a seguir su entrenamiento ninja y Dan debía volver a la secundaria.
   Desde Nueva Vestroia, Drago notaba la felicidad de Dan, este es el momento que había esperado por gran parte de su vida, pero no le convence el comportamiento de Shun; a través del núcleo Perfecto, Drago debía mantener unidas las seis dimensiones de Nueva Vestroia, aunque sabía el modo para poder hablar con Dan.
   Poco importándole lo que pudiera ocurrir, Julie dijo a Shun que lo mejor sería no volver allá por un tiempo:
—Piénsalo bien. Te ha costado demasiado llegar hasta acá, amigo. Además, piensa que le dirás a tu abuelo -replegaba la chica del pelo gris- Será muy evidente tu distracción ¿no crees?
—¡Vaya, puede que tengas razón! Contactaré a mi abuelo para decirle que me quedaré en Wardington un poco más de tiempo -exclamó Shun un poco preocupado.
   Mientras los demás volvían a sus actividades cotidianas, Shun era un intruso en la casa Marukura, pero intentaba no distraer a Marucho ni a sus padres de sus actividades diarias. Por las mañanas salía a correr y practicar sus artes marciales, pero no podía dejar de pensar en Dan y en lo mucho que le dolería si él lo abandonara. Creyó que lo ideal sería dejar de lado sus intereses y abocarse a lo que el castaño decidiera.
   Durante la mañana, Shun detenía su entrenamiento para acomodarse en la rama más alta de la calle Midosuji, para mirar a su novio en clases través de la ventana de su aula; la imagen de Dan concentrado y sonriente en clases era una que Shun disfrutaba como si fuera la última vez que la viera. El aleteo de las mariposas, la brisa fresca y el aroma tan dulce que la flora despedía eran las condiciones ideales para Shun para matar con la mirada a su chico. Dan nunca se percataba de la presencia de Shun.
   Un Jueves, Dan volvía a su casa después de un día normal en la escuela, pero no dejaba de sentir la presencia de alguien que lo seguía. Preocupado, apretaba el paso para poder llegar en menor tiempo a su hogar. Bruscamente, un hombre saltó de un arbusto del camino diciendo:
—Dan Kuso, el compañero del Dragonoid que salvó la tierra; me parece insensato que decidas andar tan cariñosamente con el chico de Ventus... dime algo ¿no lo consideras algo deshonroso?
—¡En lo absoluto! Mira, compañero, no es algo que se decida, se nace con esa orientación. El "chico de Ventus" no sólo es mi novio, ha sido mi mejor amigo y mi compañero de vida desde los cuatro años. Ve a buscar alguien más a quien fastidiarle la vida.
—Hm, una respuesta muy desacertada, Dan -dijo mientras sacaba un puñal de su pantalón.
   Shun viendo la escena mientras volvía a casa de Marucho, decidió intervenir. Saltó de uno de los árboles sobre aquel sujeto...
—Entonces debes recurrir a armas para mostrar tus intereses de odio, vaya ¡qué interesante! -dijo Shun.
—Escuchen mocosos, ¡detesto a los malditos homosexuales! Personas que jamás debieron nacer... dos menos no le vendrán mal al mundo.
   Shun dobló la mano del hombre mientras lo hacía doblegar de sus pensamientos.
—Bueno, parece que el gusto por las mujeres no es suficiente para que tengas la fuerza para defenderte -aumentaba la fuerza- incluso con una arma punzo-cortante.
—¡Suéltame, mocoso! -suplicaba el hombre.
—Claro, pero ten algo muy presente: si vuelves a disturbar a mi chico -rompía uno de sus dedos de su mano derecha- puedes dar por muerta toda tu mano.
   Mientras el hombre sollozaba de dolor en el suelo, los dos jóvenes se alejaban tranquilamente.
—Shun, ¿cómo llegarse tan rápido?
—Hm, no preguntes. ¡Sólo quiero que sepas que nada te pasará mientras yo esté aquí! -afirmó con una sonrisa el joven Shun.
   Con el corazón exaltado, la reacción de Dan no pudo ser diferente: se lanzó a los brazos de Shun para darle un tierno beso en la mejilla. Shun encomendó a Dan a sus padres y después caminó hasta la casa de Marucho. Platicó al niño rubio lo ocurrido con Dan, pero Marucho le aconsejó no ser tan violento en el futuro, no siempre se sabe con quien te enfrentas, además de que también podría apartar a Dan.
   Esa tarde, Drago habló con Dan como se lo había propuesto...
—Amigo Dan, necesito que me digas ¿qué tal te va con Shun?
—Oh Drago, debes avisar que estás por hablarme. Me has asustado. Pero, en realidad, me siento muy bien con él; no paro de sonreír estando a su lado -decía con corazones en los ojos- No quiero que esto termine nunca.
—De ustedes depende, Dan. Pero me refiero, ¿no han tenido conflictos?
—Para nada, concordamos siempre y somos muy respetuosos el uno con el otro. Pero, ahora que lo mencionas...
—¿Qué ocurre Dan?
—¿Recuerdas lo que sucedió en la torre Wardington el día que fuimos al mirador?
—Sí, recuerdo que me lo contaste.
—Bueno, Shun algunas veces tiene sentimientos un poco...
—¿Qué?
—Un poco... obscenos.
—¡Wow! ¿Cómo cuáles?
—Bueno, aquel día nos sobrepasamos un poco el uno con el otro. Comenzamos a tocarnos y desvestirnos... me sentí algo inquietado con la situación, pero no quise comentarle nada.
—Pues si eso te molesta debes hacérselo saber.
—Es el punto, amigo Drago. No me molesta, de hecho me gusta.
—Entonces ¿qué es lo que te incomoda de ello?
—Nada, es sólo que... siento que no estoy listo para... dar ese paso.
—Bueno, estoy seguro de que Shun te esperará.
—Tienes razón, no sé qué es lo que dudo.
   Esa noche, Dan durmió muy bien. Se sentía muy liberado por haber hablado con alguien acerca de lo que no le convencía de su relación con Shun, pero sabía que no habría que lamentar con él. Realmente se amaban.

¿Y si no cambiamos nada? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora