Capítulo Único

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Hace una semana atrás empecé una relación con Sara, una chica muy linda que conocí en la Isla De Los Perdidos hace unos cuantos años atrás. Pensé que sería igual como se demostraba delante de los demás, pero me equivoque. Sara, la hija de una de las hermanastras de Cenicienta, es manipuladora, agresiva, compulsiva, lisuriente y tiene un muy mal carácter. Ella sabe perfectamente que una de mis reglas personales es nunca tocar a una mujer si ella no lo desea, por lo cual abusa de eso para hacer de mí, su esclavo. Ahora que lo pienso, supongo que es de familia. Sin embargo, apesar de mis constantes declaraciones hacia mi novia, esta no parece reflexionar. Por muchas cosas más, e considerado romper con ella. Pero la misma siempre encuentra la manera de evitar la conversión. ¡La anterior ves incluso llegó a golpearme!. Entiendo que yo sea hombre y por lo cual se ve un poco cobarde de mi parte quejarme, pero el maltrato no es mayor o menor dependiendo del género.  Hoy, quince de setiembre, fue la tercera ves en la que Sara se aprovechó de mi regla de vida para golpearme a mí. Ya estoy harto y no pienso aguantar más estas agresiones, asique esta decidido, terminaré la relación.

Caminé sumido en mis pensamientos hacia mi cuarto. Entre y noté la presencia de mi novia, Sara. Ella rebuscaba entre mis cosas mientras susurraba cosas como: "¿Y su celular?" o "Rayos, ¿su diario?". No puede evitar enojarme pero utilicé todas mis fuerzas para controlarme.

-¿Que haces aquí, Sara? - Le pregunté. La misma volteo, asustada.

-¿Eh?, ¿ Y Tú que haces aquí? - Preguntó ella.

Que pregunta más tonta.

-Sara, este es mi cuarto- Le respondí.

Ella pareció recordar aquello y darse cuenta de la torpe pregunta que hizo.

-¿no es mi cuarto?, ¡Oh, me equivoque! - Exclamó falsamente.

Rodé los ojos. No le puse importancia a lo que dijo. Entonces, enfocado en lo que quería hacer, aclaré el mi garganta en claro ejemplo de que quería hablar.

-Ajam... Eh, Sara. Quiero hablar contigo.- Dije directamente.

-Sí, ¿que paso? - Dijo ella inocentemente.

-Quiero terminar... -

-¿¡QUE!? - Exclamó ella de sorpresa.

Yo asentí con la cabeza.

-Lo siento...

-¡Oh!, no... No, no, querido. A mi no me vas a dejar... ¡No!, ¿acaso estas loco?-Me grito, acercándose a mí.

-Sara, tranquila.

-Mira Pendejo, a mi no me haces esto... ¿Y sabes qué?, ¡Toma, tarado!- Sara me dio un golpe en la cara, dejándome un enorme moretón.

-¡Sara!, ¡¿que te pasa?! -

La misma no me respondió, solo se fue al darse cuenta de lo que había echo.

______

Los días pasaron y mi moretón no sana. En todas las mañanas tengo que ponerme una base que tomé de Evie para ocultar la clara evidencia. Tampoco no quiero acusar a Sara de nada puesto que no quiero meter más polémica a la situación tan negativa que ya tengo en mis manos.

Las horas transcurrieron con total normalidad, sin contar algunas malas miradas de parte de mi ex novia. Cuando ya era de comer, me acerqué al pequeño lago que hay cerca de la prepa. Me senté en el piso de piedra y sin darme cuenta, me puse a leer tranquilamente en lugar de comer. Mi celular sonó, no le hice caso ya que sabía que se trataba de mi ex a la cual no tenía ganas ni de ver...

Mis pensamientos fueron interrumpidos por un llanto que se escuchaba del otro lado del lago. Me paré, preocupado. Intentando llegar al origen de los llantos, caminé hacia dónde yo creía, era el lugar indicado. Después de unos minutos de caminar, vi a una chica de pelo oscuro llorando descontroladamente cerca a una curva artificial.

-Disculpa, ¿estas bien? - Pregunté sutilmente.

-¿Eh?... ¿Carlos?, ¡Carlos! - Exclamó la chica, se trataba de Jane. La misma se limpio el rostro ante mi presencia. ¡Dios mio!, creo que vi un moretón en un ojo y un poco de sangre en sus labios. Me acerque a ella.

-¿Lo notaste? - Preguntó Jane. Yo asentí.

Me acerque a ella, mostrándole mi ojo morado. En ese momento, ella entendió. La misma me dio un abrazo y así nos quedamos por un buen rato...

°~<[Yo Te cuido]>~° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora