El desierto cubría gran parte del continente, los rebeldes sabían que era así porque era imposible ignorar algo tan evidente y abrumador al trasladarte a pie de un lugar a otro, la tierra era seca y árida, las únicas sombras que se podían encontrar como refugio eran las que se formaban en las ruinas de viejas ciudades, el calor abrazador envolvía y sofocaba a todo aquel que no tuviera cuidado, así era todo el continente y la mayor parte del mundo, viajar no era fácil o seguro para nadie.
- Esto es lo más alejada que he llegado a estar de mis territorios. - Alfa comentó usando su mano derecha para cubrirse los ojos del sol al contemplar el paisaje que los rodeaba.
- Y aún queda un largo camino por recorrer. - Korra respondió, la morena llenó una taza con arroz cocido y tomó asiento a un lado de Bolin quién descansaba a la sombra de un viejo pilar de concreto que se erguía varios metros sobre la tierra.
- Hace años que no probaba un arroz tan desabrido. - Bolin señaló y Korra sonrió.
- Nuestras sociedades han llegado lejos en todos estos años ¿No? - Dijo a modo de broma, el joven sonrió y se encogió de hombros para luego volver a llevarse otro bocado de arroz a la boca.
El convoy se había detenido a la sombra de las ruinas de un pueblo, eran las doce del día, habían conducido toda la noche para evitar el calor del día y ahora descansaban y aprovechaban para comer.
- ¿Se imaginan todo lo que podemos encontrar debajo de la arena? Una infinidad de tesoros ¡Todo esto es una enorme cápsula del tiempo! - Varrick caminaba de un lado a otro contemplando los vestigios de los edificios que una vez estuvieron en el mismo lugar en dónde ahora se encontraban ellos.
- No te alejes demasiado, a veces el suelo de las ruinas no se encuentra bien asentado y tu peso bastaría para hacerlo ceder. - Korra le advirtió sin prestarle especial interés.
- Eso sería un problema... - Varrick suspiró y continuó mirando de un lado a otro.
- No puedo creer que podré conocer el legendario pueblo de los Sato. - Alfa rió. - Tiempo atrás queríamos destruirlo y ahora forma parte de nuestra alianza ¿Quién lo diría? - Asintió con la cabeza y continuó comiendo.
- ¡Te va a encantar Alfa! - Bolin sonrió. - Ahí tenemos unos cuantos animales más grandes que los que ustedes tienen, hay selva y bosque, el clima es fantástico, por la noche los insectos cantan abiertamente y por el día hay pájaros por doquier, corren un par de ríos de agua pura alrededor del pueblo y la vista al mar desde los peñascos es impresionante. - Le dijo con emoción.
- Suena como un paraíso. - Alfa sonrió con esperanza, el pueblo en las ruinas de Ciudad República era el resultado de la alianza de un asentamiento con el Avatar y todo lo que ellos tenían era justo lo que ella y los rebeldes podían aspirar a tener en Ba Sing Se si continuaban apoyando al Avatar en su misión.
- Sin mencionar todas las comodidades que hay gracias a Asami y Varrick. - Korra sonrió mirando a Varrick mientras analizaba detenidamente un trozo de metal oxidado que había levantado del suelo, parecía ridículo pero la morena sabía que si Asami estuviera con ellos en ese mismo instante se encontraría haciendo lo mismo que Varrick, ellos parecían tener un talento especial para entender el funcionamiento y el propósito de una máquina con solo analizar partes viejas y oxidadas.
- Así que por eso conservan al loco. - Alfa bromeo, Varrick pretendió no escuchar nada y el resto rió.
- Intentaré dormir un poco para recuperar energías, partiremos a las cinco de la tarde. - Korra dejó su tasa vacía en un lado y se recostó sobre el suelo.
El viaje les tomó poco más de tres días, a la mañana del cuarto día el convoy divisó la luz del portal espiritual, aquella luz significaba que les faltaba menos de un par de horas para llegar, a la velocidad que llevaban Korra anticipaba que su llegada sería al medio día.
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Futuro Incierto
FanfictionEn un mundo en agonía no existen más los maestros de los elementos, corre la leyenda de que prevalece un solo maestro, el más grande de todos, el Avatar, pero pocos saben de él en tiempo real, en un mundo al borde de la extinción total no se pueden...