Prólogo

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Capítulo de estreno dedicado a cassilynx  y Sileni17 por todo el apoyo que me brinda con las portadas.

***

Estaba llegando tarde a la academia y a el bus en el que iba aún le faltaban diez cuadras para llegar, claro, eso no sería mucho si no fuera por el tráfico que había a esa hora.

La notificación de un mensaje entrante por parte de mi amiga me confirmo que en realidad iba tarde.

Luna: ¡Hey! A qué hora llegas?

Stefanía: Estoy a diez cuadras

Le respondí tomando una decisión. Me bajé del bus y empecé a correr como si mi vida dependiera de ello, bueno, de hecho así era para mí, cada clase era valiosa en especial teniendo en cuenta que aquel era mi tercer y último intento para ingresar a la universidad estatal de dónde vivía.

Cuando llegué a la entrada de la academia estaba agotada, pero feliz. Había llegado con el tiempo justo para ingresar ya que estaban por cerrar la puerta; sin embargo, aún tenía un largo camino que seguir antes de llegar mi salón que quedaba el tercer edificio entrando y en el cuarto y último piso del mismo.

No hay descanso pensé y seguí corriendo.

Estaba a nada de empezar a subir las escaleras cuando sentí un impacto que me tumbo en el suelo dejándome bastante mal debido a que caí sentada.

Ouch. Mi cadera dolió demasiado por la mochila que cargaba con los libros.

Aún aturdida por la caída no presté atención a la disculpa que me estaba dando la persona enfrente mío hasta que se puso de rodillas a mi lado agito su mano frente a mi cara.

—Hey... Lo siento, lo siento de verdad. No vi por donde iba, ¿estás bien? —me preguntó a lo que asentí sin decir nada.

Era bastante tímida en lo que respectaba a hablar con extraños, o cualquier persona en general, y aunque sonara muy chicle esa timidez salía aún más a flote con chicos simpáticos y el chico delante de mí era bastante guapo con su cabello castaño, ojos grises y piel blanca.

—Qué bueno, me alegra saber eso –dijo aliviado y mirándome con una sonrisa quizá esperando que dijera algo, pero yo no podía decir palabra alguna— Bueno... Me tengo que ir.

Se puso de pie y extendió su mano para ayudarme y hacer lo mismo. La tomé con bastante vergüenza y el amago de una sonrisa.

El chico me sonrió antes de irse corriendo a otro edificio, y fue justo en el momento en el que deje de verlo que recordé de golpe que yo también debía correr y subir tres pisos más desde donde me encontraba para llegar a mi clase.

Cuando llegue a mi salón la clase ya había y aunque la profesora me regaño por la tardanza me dejo pasar.

—¿Por qué rayos tardaste tanto? —me preguntó Luna cuando me senté una carpeta a lado suyo.

Lo bueno de tener amigas en tu mismo salón era que te separaban un sitio cerca suyo.

—Ya te lo dije por mensaje —le respondí bajo para evitar que la profesora nos escuchará mientras sacaba mis cuadernos.

—Sabes, te creería si no hubieras tardado más de lo normal además estás sonrojada —señaló— Y eso me hace pensar que algo paso ¿Qué fue?

También estaban las desventajas claro. Luna me conocía mejor que nadie en ese lugar, ya que ambas veníamos de un pueblo alejado.

Podía mentirle a mi amiga acerca de mi sonrojo, pero sabía que ella no me creería e insistiría en saber la verdad. Estaba pérdida, mi falta de capacidad para mentir me iba a hundir.

Bonita casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora