«I like it better broken» [ One shot - PeterMJ ]

«I like it better broken»

El primer beso de Michelle Jones tiene un sabor peculiar, una mezcla extraña entre sangre, tierra y sudor. Aún así, el cosquilleo en sus labios no cesa y el rostro le arde ante la vergüenza y la emoción del momento. MJ nunca esperó demasiado de su vida amorosa (casi) inexistente, siempre se conformó con ser la chica rara que nadie voltea a ver, pero Peter Parker parece haber roto la barrera creada por la morena para defenderse de sus propios sentimientos.

A su alrededor todo es un desastre, escucha sirenas por todas partes y los vehículos de la policía y paramédicos londinenses pronto rodean la zona para hacer un recuento de los daños. 

El puente está destrozado, el humo negro y espeso nubla la vista a ratos y el aroma a metal quemado mezclado con el agua del río támesis le da la impresión de estar presenciando el fin del mundo; más que preocuparle, Michelle se siente demasiado feliz y familiar con el ambiente.
El mazo robado de la bóveda quedó a varios pasos detrás de ella una vez que Peter se retiró de la escena para continuar con su labor y es que era demasiado pesado y ella se sentía demasiado ligera. 

Entre autos destrozados, metal retorcido y escombros del puente a su alrededor, Michelle por fin vuelve con Happy y el resto de sus compañeros. Puede ver en sus rostros las sonrisas relajadas y esas expresiones de alivio que le indican que de nuevo, todo está bien gracias al amigable vecino Spider-man.

—¿A dónde fuiste, MJ? ¿Lo viste? —Ned la detiene con preguntas en voz baja para no llamar la atención de nadie más. Ella solo asiente como respuesta.
—Él está bien... Tiene suerte. —y la sonrisa avergonzada la delata antes de alejarse.

La reunión final del grupo para regresar a casa ocurre sin mayores contratiempos, entre gritos de sus profesores histéricos y un Flash que no para de hablar de Spider-man, MJ se hace a un lado para sentarse en uno de los trozos de concreto que aún quedaban como escombros a su alrededor. Metió la mano al bolsillo del pantalón y observó la dalia negra con sus pétalos rotos, pero la cadena se mantenía intacta y el centro de la flor brillaba y reflejaba los rayos del sol que salía de entre las nubes aquella tarde. Siendo una persona tan detallista, Michelle se encontraba fuera de sí. Sentía que Peter realmente había puesto atención a sus pequeños datos innecesarios de sí misma cuando hablaba al aire y creía que nadie la escuchaba. 

—Está roto. —de nuevo, la voz de Ned la hizo levantar la cabeza pero no ocultó el regalo de Peter de su vista. —Peter va a querer matarse, lo estaba cuidando mucho durante el viaje y... Espera... ¿Te dijo... ? —la mirada sorprendida del mejor amigo de Peter dice todo y ella solo asiente, dejando escapar una sonrisa apretando los labios antes de bajar la vista.

Aunque esté roto, decide ponérselo y llevarlo con orgullo. No porque sea su flor favorita, no porque sea algo poco usual y llamativo, sino por lo que significa entre ella y Peter y ese segundo y tercer beso que le revuelve el estómago con alegría cada que lo recuerda. Jamás idealizó su primer beso, pero le sabe tan dulce como la miel y tan suave como un algodón de azúcar.