Lo mínimo que esperaba después de terminar la guerra era tener tranquilidad. Por fin poder concentrarse en ser una persona normal, o al menos medianamente.
Pero la palabra "normal" no existe en el diccionario de Harry Potter, y sus aventuras contin...
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Finalmente Harry fue encontrado por aurores del Ministerio. No pregunten como, ni la autora lo sabe. Los mortifagos escaparon, no siquiera los pudieron identificar. Pero los más importante es que Harry fue encontrado vivo. Magullado e inconsciente, pero vivo.
Fue trasladado a San Mungo, hace exactamente 2 meses, y no había despertado aún.
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Ginny Weasley se encontraba profundamente dormida en una posición un poco rara. Tenía la cabeza apoyada en el pecho de Harry, y sus dedos entrelazados con los de él. Su boca entreabierta babeaba un poco. Pero tomaba su merecido descanso.
Ginny apenas si se había separado del lado de su novio para ir al baño. Pero desde que estaba en casa por vacaciones no había salido del hospital.
Un ruido hizo despertar a Ginny con un sobresalto. Y es que de afuera de de la habitación se escuchaban gritos. Dos personas discutiendo al parecer. Ginny agudizó el oído para reconocer las voces.
—¡Pues haz algo!— gritaba una voz masculina que enseguida reconoció. Era su hermano, Ronald Weasley.
A cada uno le había afectado la condición de Harry de diferente manera. Ella, por ejemplo, se había mantenido firme en el hecho de que él estaría bien, y se empeñaba en esconder sus sentimientos y no llorar.
Su madre era otro tema. Ella lloraba abiertamente todo el tiempo. Su padre, hermanos y ella misma se la pasaban consolándola. Realmente la estaba pasando mal.
A Hermione se le llenaban los ojos de lágrimas pero no soltaba ni una. Quizá tenía que ver con que Ron era uno de los más afectados. Sólo que él se negaba a demostrar sus sentimientos y en su lugar estaba irritable. Era demasiado sensible ante cualquier mención del estado de Harry.
Unos días antes, habían hablado de la posibilidad de que Harry no despertara. Eso, sin duda, no le había caído bien a nadie. Pero el que peor reaccionó fue Ron. Que comenzó a gritar que ese "cuchitril de hospital" que tenían, no servía para nada y que, si no hacían algo por su amigo, el mismo se encargaría de ellos. Eso fue un caos total. Hermione trataba de calmarlo a lágrima viva y terminaron creándolo por dos horas.
—Disculpe señor Weasley, entiendo su frustración pero...
—¡PERO NADA! ¡Ya tu tuve suficiente!— respondía Ron.
—Hijo... por favor... — la voz de su madre sonaba dolida y cansada.
—¡Lo haremos!— declaró finalmente Ron.
Se escuchó un suspiro largo y en el que se notaba un profundo alivio, y cuando habló, Ginny pudo reconocerla.
—Gracias a dios.
—Mañana por la mañana si es posible — una cuarta voz dirigiéndose al empleado. Era su padre.
Ginny se paró, soltó la mano de Harry y se acercó a la puerta justo cuando la puerta se abrió.
