Capítulo XX: Una historia de Navidad

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Dante era una persona que tenía todo en la vida. Esposa, hijos, un par de casas, y por sobre todo un buen trabajo. El cual le permitía costear caros regalos para su familia en navidad, cumpleaños y aniversarios.

Cierto año, en navidad su hermana acostumbrada también a las excentricidades le obsequió un automóvil cero kilómetro.

Al día siguiente Dante al salir de su trabajo decidió estrenar su nuevo regalo. Al llegar a una villa se encontró con un niño que estaba caminando alrededor del flamante auto nuevo, el muchacho asombrado preguntó.

- ¿Ese auto es suyo señor?

- Así es pequeño — dijo Dante asintiendo con la cabeza — Es el regalo de navidad de mi hermana.

El niño no cabía dentro de su asombro.

- ¿Quiere decir que su hermano se lo regaló y a usted no le costó nada?

- Exactamente.

- ¡Vaya! Que fantástico, ya quisiera yo.

Dante sonrió, él sabía lo que el niño quería, él deseaba tener una hermana como la que tenía.

- ¿Te gustaría tener una hermana como la mía? ¿verdad?

Sin embargo, lo que el muchacho le dijo estremeció a Dante.

- No señor — respondió él — lo que me gustaría es poder ser un hermano como la que usted tiene.

Dante miró al muchacho sorprendido, e impulsivamente invitó al niño a dar un paseo en el auto.

- Claro que sí, me encantaría — dijo el joven emocionado.

Luego de un pequeño paseo, el jovencito se volvió y con los ojos encendidos por la emoción le pidió a Dante llevarlo hasta su casa. Él sonrió ligeramente. Dudó en un principio, llevar a un extraño a un barrio desconocido no era una buena idea. Pero, rápidamente cambió de parecer. Creyó saber lo que el niño quería. Pensaba que el niño quería mostrar a sus vecinos que podía llegar a casa en un gran automóvil.

Sin embargo, nuevamente estaba equivocado. Se percató de aquello llegando al lugar.

- ¿Podría detenerse donde están esas dos gradas? — preguntó el muchacho.

- Claro que sí.

-No se vaya, vuelvo enseguida — dijo subiendo los escalones.

- Aquí te esperaré pequeño.

De pronto, Dante lo escuchó regresar, pero este no venía corriendo ni mucho menos. Estaba cargando a su pequeño hermano lisiado.

Lo sentó en uno de los escalones en dirección hacia Dante para que pudiera ver el auto.

- Ahí está — dijo apuntando al automóvil — como te dije adentro. Su hermana se lo regaló por Navidad.

- Es fantástico — respondió su hermano emocionado.

- Sí, y algún día yo te voy a regalar uno igual a éste. Ya verás, así podrás recorrer en mundo como siempre has querido hacerlo.

Dante caminó hacia donde estaban los niños, levantó al pequeño y lo sentó en el asiento delantero de su auto. Luego su hermano mayor subió atrás y los tres dieron otro paseo en el auto.

Esa noche Dante, recordó la aventura que había vivido y le encontró sentido a la frase que había oído de niño. "La Hay mayor alegría está dar."



NOTA IMPORTANTE: LO QUE ACABAS DE LEER ES UNA ADAPTACIÓN DE UN CUENTO DE DAN  CLARK.

AUNQUE YA PASÓ NAVIDAD, LES DESEO UN MUY FELIZ FIN DE AÑO Y UNAS FELICES FIESTAS, GRACIAS POR ACOMPAÑARME EN ESTO.

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