Dante era una persona que tenía todo en la vida. Esposa, hijos, un par de casas, y por sobre todo un buen trabajo. El cual le permitía costear caros regalos para su familia en navidad, cumpleaños y aniversarios.
Cierto año, en navidad su hermana acostumbrada también a las excentricidades le obsequió un automóvil cero kilómetro.
Al día siguiente Dante al salir de su trabajo decidió estrenar su nuevo regalo. Al llegar a una villa se encontró con un niño que estaba caminando alrededor del flamante auto nuevo, el muchacho asombrado preguntó.
- ¿Ese auto es suyo señor?
- Así es pequeño — dijo Dante asintiendo con la cabeza — Es el regalo de navidad de mi hermana.
El niño no cabía dentro de su asombro.
- ¿Quiere decir que su hermano se lo regaló y a usted no le costó nada?
- Exactamente.
- ¡Vaya! Que fantástico, ya quisiera yo.
Dante sonrió, él sabía lo que el niño quería, él deseaba tener una hermana como la que tenía.
- ¿Te gustaría tener una hermana como la mía? ¿verdad?
Sin embargo, lo que el muchacho le dijo estremeció a Dante.
- No señor — respondió él — lo que me gustaría es poder ser un hermano como la que usted tiene.
Dante miró al muchacho sorprendido, e impulsivamente invitó al niño a dar un paseo en el auto.
- Claro que sí, me encantaría — dijo el joven emocionado.
Luego de un pequeño paseo, el jovencito se volvió y con los ojos encendidos por la emoción le pidió a Dante llevarlo hasta su casa. Él sonrió ligeramente. Dudó en un principio, llevar a un extraño a un barrio desconocido no era una buena idea. Pero, rápidamente cambió de parecer. Creyó saber lo que el niño quería. Pensaba que el niño quería mostrar a sus vecinos que podía llegar a casa en un gran automóvil.
Sin embargo, nuevamente estaba equivocado. Se percató de aquello llegando al lugar.
- ¿Podría detenerse donde están esas dos gradas? — preguntó el muchacho.
- Claro que sí.
-No se vaya, vuelvo enseguida — dijo subiendo los escalones.
- Aquí te esperaré pequeño.
De pronto, Dante lo escuchó regresar, pero este no venía corriendo ni mucho menos. Estaba cargando a su pequeño hermano lisiado.
Lo sentó en uno de los escalones en dirección hacia Dante para que pudiera ver el auto.
- Ahí está — dijo apuntando al automóvil — como te dije adentro. Su hermana se lo regaló por Navidad.
- Es fantástico — respondió su hermano emocionado.
- Sí, y algún día yo te voy a regalar uno igual a éste. Ya verás, así podrás recorrer en mundo como siempre has querido hacerlo.
Dante caminó hacia donde estaban los niños, levantó al pequeño y lo sentó en el asiento delantero de su auto. Luego su hermano mayor subió atrás y los tres dieron otro paseo en el auto.
Esa noche Dante, recordó la aventura que había vivido y le encontró sentido a la frase que había oído de niño. "La Hay mayor alegría está dar."
NOTA IMPORTANTE: LO QUE ACABAS DE LEER ES UNA ADAPTACIÓN DE UN CUENTO DE DAN CLARK.
AUNQUE YA PASÓ NAVIDAD, LES DESEO UN MUY FELIZ FIN DE AÑO Y UNAS FELICES FIESTAS, GRACIAS POR ACOMPAÑARME EN ESTO.
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Un puñado de historias
RandomUn tipo que tiene un sueño extraño y siempre despierta en el mismo punto, una chica que debe cuidar a unos niños y suceden cosas extrañas en la casa, un par de amigas que viven una aparición demoníaca, una extraña experiencia jugando al GTA San Andr...