—Esperen aquí, no tardo —Jimin cerró la puerta del auto estrepitosamente, dejando un sepulcral silencio instalado entre ellos dos.
Se rascó la nuca, incómodo. Nunca sabía qué hacer cuando estaba cerca de Taehyung y terminaba cagándola. Por el contrario, el chico de cabello azul siempre -y cuando decía siempre era SIEMPRE- tenía algo qué decir, ya fuera sobre su ropa, cabello o su rostro, avergonzándolo y poniéndolo en evidencia, pero aquel día estaba particularmente callado y ya estaba empezando a sentirse mareado por aquella falta de palabras.
—Kookie —al fin pudo soltar todo el aire que tenía contenido —Ah, ¿Puedo-puedo preguntar algo? —asintió, tímido aún —¿puedo hacerle trenzas a tu cabello? Es que se ve tan suave...
—Cla-claro, adelante —se acomodó en el asiento, para darle la espalda a Taehyung, pero él tomó su hombro y le impidió hacerlo.
—No —apretó un poco la zona y relamió sus labios, provocativo —Abre la ventana, saca tus pies por ella y recuéstate en mi piernas —Tae estaba con sus piernas cruzadas, recostado en la puerta. Obedeció al instante. No era capaz de negarle algo a su persona preferida —Me gusta verte —Se paralizó y dejó de inspirar —Somos amigos desde hace años, no sé por qué me evitas, Kookie.
Al estar en un estacionamiento, el riesgo que corrían sus piernas era nulo, además, eso les permitía respirar un poco.
—¿A qué te refieres, Tae? —se atrevió a preguntar, con sus pulmones a punto de estallar. Las ágiles manos del mayor comenzaron a desenredar las hebras de su cabello negro, despacio.
—Es decir, cuando estamos solo nosotros, respondes poco... —tomó un mechón de cabello y lo separó en tres, para empezar con su "peinado" —Respuestas cortas, de sí y no. ¿Acaso ya no te gusto? ¿Te molesto? —negó rápidamente, reprendiéndose al instante por ser tan estupido —¿Ves? Tiene que estar Jimin para que te abras conmigo. ¿Tan malo soy? —sus ojos se comenzaron a llenar de lágrimas y se sintió tremendamente culpable por causar aquello.
—No, Tae —Se deshizo del agarre del de cabello azul y rodeó sus caderas con sus piernas para darle un abrazo, consolándolo, él inmediatamente le devolvió el gesto, apretándolo un poco contra su persona —Perdóname, ¿sí? —besó su coronilla —Es que a veces vuelves mi cabeza un lío, ¿no soy un poco evidente? —rió, aligerando un poco el ambiente —¿Quieres que te sea cien por ciento sincero? —el chico, aún lagrimeando, asintió —Me gustas mucho, demasiado a decir verdad y soy un poco... —pausó un momento, buscando la palabra correcta —Torpe y tiendo a decir las cosas que no son o haciéndote sentir incómodo, como ahora —se dió un golpe en la frente con su palma abierta —No puedo creer que haya dicho eso. Mierda —Taehyung negó y sonrió. Ya lo sabía, sólo quería estar seguro antes de besarlo.
—Cállate —Y así lo hizo, lo besó como lo había querido hacer por tanto tiempo, pasó sus manos por todo su cuerpo, e incluso metió una en su camiseta, provocando un escalofrío en el menor, pero él no le correspondía —¿Hice algo mal? ¿No era a lo que te referías? Si es así, discú—fue interrumpido por los labios del pelinegro, esta vez, moviéndose rítmicamente, pidiendo con una de sus manos que volviera a pasar sus dedos por tu piel. Era tierno y lleno de sentimientos que ni siquiera ellos podían explicar.
Continuaron así por unos minutos, ni siquiera hablaban, sólo respiraban y continuaban. Un portazo les hizo separarse estrepitosamente, Jungkook golpeó su cabeza en el techo del auto y volvió a su lugar original, al que pertenecía antes de empezar con todo aquello, tan lejos del peliazul que se hacía sospechoso. Jugaba con sus dedos en su regazo y evitaba hacer contacto visual con Jimin.
—Oh, por Dios, consíganse un maldito cuarto —la voz de Yoongi, el novio de Jimin resonó, grave, avergonzando más al azabache.
—¿Por qué? ¿Te frustra ver que tus amigos estaban a punto de hacer lo que tú no has logrado en meses? —Descarado, es la palabra correcta para describir a Taehyung. Un sonrojo invade las mejillas de Jimin y se cubre el rostro con las manos, dejándose caer en el volante del carro.
—No puedo creer que hayas dicho eso, Taehyung —La voz de Jimin sonaba ahogada. En respuesta, el castaño le sacó la lengua. Yoongi solo se rió y chocó los puños con Taehyung, enojando al novio del mayor de todos.
—Hyung —llamó Jungkook en susurros, jalando cual niño pequeño la manga de su chaqueta —Por favor, deténgase —bajó la cabeza, negándose a exponer sus mejillas rojas.
—Sí, bebé, por ti, lo que sea —tomó su barbilla y le plantó un pequeño beso, el menor bufó y dijo un "Dios, que vergüenza" por lo bajo.
—¿Ya son novios? —preguntó Jimin, olvidando que su mejor amigo lo había echado al agua.
—No sé —respondió y se volteó hacia Jungkook —¿Ya somos novios, Kookie? —el nombrado cerró los ojos fuerte, queriendo desaparecer, sin dar una respuesta clara —Yo diría que sí —levantó los hombros y tomó la mano de Jungkook entre la suya.
—Ya arranca, Jimin, llegaremos tarde al concierto —intervino Yoongi, terminando el incómodo momento para el menor.
Internamente, Yoongi siempre había sido su Hyung favorito, pero no podía decírselo a nadie.
Sin darle más vueltas al asunto, el auto partió a toda velocidad por las solitarias calles con dos chicos en el asiento trasero más enamorados que nunca.