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JeongHan se da cuenta de que tal vez ha estado pensando demasiado en Joshua Hong cuando al llegar el siguiente sábado en la mañana él continúa teniendo en su mente lo transcurrido con el chico la semana anterior en su encuentro, a pesar de que ha trabajado todos esos días pasados a excepción del domingo, el azabache no ha cumplido con su palabra de ir a verlo ni mucho menos aquella en la que lo invitó a una cita.

No por eso mientras se encuentra acurrucado en su cama deja de sentirse sorprendido al verse retrasado en horario por culpa de sus dos hermanas que le aprisionan los brazos profundamente dormidas e invadiendo su cómoda cama. Ellas se aferran a él como si no hubiese un mañana, y esa es una de las razones por la cual se siente incómodo apenas despierta al no poder liberar sus manos y presionar el botón de la alarma que le grita que ya debería estar saliendo a trabajar.

Vuelve a las mellizas totalmente responsables y culpables del retraso que obtiene la hora del desayuno, incluso les hace saber que se siente ligeramente disgustado con ello y no les dirige la palabra mientras trabaja a toda prisa en hacer los emparedados que se ingenió para el desayuno.

De cualquier forma no permite que su madre apenas recién levantada y aparentemente muy agotada lo ayude a cocinar, por el contrario se esfuerza en ser veloz para preparar todo sin perder las intenciones de que quede rico. Una vez sirve en la mesa tres platos con el sencillo pero muy sabroso desayuno él se retira, dejando que las tres féminas coman todo lo que él ha servido para tomarse el tiempo de someterse a un baño fugaz de agua helada y posteriormente vestirse.

Siendo las nueve más un cuarto de la mañana él siente descomunalmente más importante el echar un vistazo al reloj que a sí mismo, por lo que aunque se detiene frente al espejo que recorre la pared de techo a piso y se toma unos momentos para revisar dentro de su mochila que todo esté en orden, no alza la mirada para darse cuenta de lo agradable que resulta a la vista el color durazno en el abrigo enorme que le cubre la piel.

Prefiere así salir corriendo de la casa apenas toma las llaves y se apresura a tomar el primer bus que encuentra con destino al metro mientras se amarra el cabello dejándose un poco del flequillo suelto. Luce lindo, el tipo que vende los periódicos en la esquina se lo deja saber con un piropo asqueroso que lo hace sentir un poco mal, pero tras unos segundos él no le toma importancia y se mete a prisa en el primer tren que llega.

Se trata de una hora y media después cuando él llega a la floristería, se siente gratamente sorprendido al darse cuenta que apenas lo hace, una buena cantidad de personas sentadas a los alrededores se acercan haciendo evidente su espera y lo saludan con grandes sonrisas. No se esperaba que su clientela estuviese esperando por él a que el negocio abriera, y puede que quizás haya querido ver entre todas esas personas a Hong, pero aunque no lo hace, sonríe cálidamente por la felicidad que esto le causa y una vez que se disculpa abre la puerta, acomoda unas cosas y los deja pasar, permitiéndose atenderlos con profesionalismo y la inmensa dulzura que le sale natural.

Durante lo que resta de mañana no llega nadie más, por eso se dedica a limpiar y acomodar la floristería, rodando macetas, barriendo la tierra y acomodando los papeles de seda con los que decora. Aquel día le corresponde atender solo, es el único encargado de la tienda ya que es fin de semana y su madre cuida de las niñas mientras él se hace responsable del negocio familiar. Para esas horas gracias a sus labores está un poco despeinado y tiene algo de tierra en las manos, pero él se siente bien porque el sitio luce hermoso y ordenado, huele bien, y se siente tan acogedor como si efectivamente ellos regalasen un pedacito de hogar en cada flor usada como presente.

A mediodía, se sobresalta cuando a pleno comienzo de la hora de almuerzo se escucha la campanilla de la tienda que interrumpe sus planes de ir por algo comestible que llene su vacío estómago, pero sin que le importe mucho él se gira con amabilidad para recibir el cliente que sea lo que sea que se lleve significará un aporte para su estabilidad económica y la de su familia. De inmediato se siente avergonzado cuando se da cuenta que en su estado un tanto desastroso se ha encontrado con la mirada y presencia de Hong Joshua.

Blomster ❞. ₊ [ JiHan ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora