Capítulo 1.

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Quizás el haber contratado a un ex compañero de secundaria como "acompañante" no había sido la mejor idea de todas, pero lo hecho, hecho estaba. No podía echarse hacia atrás. Ya había pagado por adelantado después de todo, y le había dejado saber algunas de sus fantasías a aquel chico que no veía hacía años, lo cual representó un gran esfuerzo de su parte. Le daba vergüenza hablar de esas cosas.

Chico que no veía hacía años... ex compañero de secundaria... cada vez que pensaba en la situación en la que se había metido, se arrepentía más, y el deseo de cancelar aquella cita aumentaba. Pero no lo haría. Golden sabía muy bien que necesitaba ese momento, ese tiempo que pasarían juntos. La idea había estado rondando en su mente desde hacía meses, ahora había puesto en marcha su plan. Quizás y hasta podría considerarlo como un favor que le hacía a su yo de dieciséis años, el cual estaba perdidamente enamorado de ese pelirrojo cuyo nombre era Fox.

Fox Bannick... sí que había pasado un tiempo considerable desde la última vez que había visto u oído ese nombre. La última vez que lo vio tenía dieciocho. Su edad actual era de veintitrés. Cinco años habían pasado. Empezó a recordar aquella época en la que su mayor deseo era lograr convertirse en su pareja, en la cual podía quedarse embobado mirando fotografías suyas, una tras otra. También recordó las miles de veces que había escrito pequeñas notitas de amor que jamás entregó, llenas de corazoncitos coloridos y un montón de palabrería cursi. Lo amaba mucho... quizás, debía admitir, estaba un poco obsesionado. Sea como sea, ese período ya había pasado, y no sentía más nada por él. Ahora se encontraba en una relación algo extraña con Freddy, su compañero de piso. Había algo entre ellos, una mezcla de romántico con amistoso, era difícil de definir. Pero eso no importaba, no eran nada serio y cada cual podía hacer lo que se le diera la gana. Freddy no estaría esa noche por ir a una fiesta, así que Golden tendría la casa para sí solo. Y lo aprovecharía al máximo.

O al menos eso esperaba.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido del timbre. Su "acompañante" había llegado.

—Esto... ho-hola... —murmuró el rubio, mirando de arriba hacia abajo a su compañero. Este no llevaba puesto nada fuera de lo común, tan sólo unos jeans azules, unas zapatillas negras y una camisa escocesa manga corta de un oscuro rojizo. Aún así, no podía evitar pensar que se veía demasiado atractivo. Fox de por sí le resultaba atrayente, llevara la ropa que llevara. También traía una mochila, ya se daba una idea de los objetos que estaban ahí dentro.

—Oh hey, hola —contestó él, apoyado en el marco de la puerta y con los brazos cruzados—. No has cambiado mucho desde nuestra graduación.

—Gracias, supongo. Tú tampoco estás demasiado cambiado. Sigues conservando tu apariencia de chico rudo.

—Muchas gracias, me enorgullezco de eso. Ahora, comencemos.

Su corazón se aceleró, estaba bastante nervioso, pero a la vez deseoso de empezar y cumplir las fantasías que él mismo había propuesto mientras hablaban por mensaje privado. Sin decir ni una palabra, quizás por vergüenza, lo dirigió hasta su habitación.

Era la hora.

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"Lilith, deja de publicar historias, ya hartas" ño.

De esta historia tengo dos capítulos más escritos, pero quiero "tantear el terreno" antes de continuar, a ver si les gusta. Por lo que, si les gustó, déjenmelo saber pls, sea con un voto o un comentario.

PD: El nombre y descripción pueden cambiar, todavía no lo decidí muy bien.

Lust ˹Golxy˼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora