Faltaba menos de una hora para el amanecer cuando emprendimos el viaje. Me había dicho que nos haríamos tres horas nadando a mi ritmo o una y media a su velocidad, así que decidimos que lo mejor sería que él me llevará. Me pesqué de su cuello y enrede mis piernas en su torso. Avanzábamos con gran rapidez, de vez en cuando subía a la superficie para que yo tomara una gran bocanada de aire y pudiéramos continuar.
Al principio estaba temeroso, pero me fui relajando y comencé a disfrutarlo, aunque mis ojos ardían los mantuve abiertos, mientras más profundo estábamos, más bonito era lo que veía. En ocasiones pasábamos a lado de peces con colores exóticos, de diferentes tamaños y formas, mantarrayas, caballitos de mar o medusas, siempre se acercaban a Jimin, parecía que lo saludaban.
Después de un buen rato se detuvo.
-Hemos llegado –no mostraba ningún signo de cansancio, sentí admiración por él. –Ahora debemos ir hacia la profundidad, tienes que aguantar por más tiempo la respiración. Nadaré mucho más rápido para que lo logremos, ¿de acuerdo?
Asentí lentamente, la idea de ir hacía la profundidad y no poder aguantar la respiración por mucho tiempo me puso nervioso, podría ahogarme si no lo lograba.
-Dejemos que tus pulmones descansen un rato –me miro sonriendo.
-Bien... me estoy sintiendo un tanto nervioso ¿qué tal si comienzo a ahogarme?
-No, tranquilo. En cuanto sientas que ya no puedes me das un apretón y subiré inmediatamente, ¿ok? –su mirada era cálida y fraternal, de alguna manera hacía que mis temores se fueran.
-Ok. Espero todo salga bien –sonreí temeroso.
-Así será, Koi –dijo acomodándome el cabello. –¿Ves? Te estas convirtiendo en un verdadero pez koi –sonrió.
-Gracias a ti –dije realmente agradecido.
Sonrió y me abrazo, correspondí el abrazo y así quedamos por un largo rato. Mientras me mentalizaba para lo siguiente.
-Llegó la hora –dijo separándose de mí. –No queremos que nos vea un barco, crucero o cualquier persona que se le haya ocurrido adentrarse al mar en estos momentos.
-De acuerdo –tenía demasiado miedo, pero estaba dispuesto a hacerlo.
-Muy bien Kookie, agárrate fuerte, guarda mucho aire y cierra tus ojos porque te lastimara la velocidad. –dijo mientras se giraba y me daba la espalda.
-Ok... Confío en ti Jimin –me agarré de él.
-Y yo en ti Jungkook –apretó mis manos que estaban ya en su cuello-. ¿Listo?
-Listo.
Contó lentamente "1... 2..." inhalé todo el aire que me fue posible "...3" me aferré a él fuertemente y se sumergió. Cerré los ojos y en ese momento sentí que mi cuerpo era jalado hacia abajo a gran velocidad, la fuerza de mis brazos y piernas se debilitaba mientras el tiempo pasaba, el vacío y cosquilleo que sentía en el estómago me hizo imaginar que eso se siente cuando te avientas de un paracaídas.
No sabía cuánto tiempo llevábamos, pero el aire que tenía guardado aún era suficiente, sin embargo, comenzaba a desesperarme la oscuridad y el vértigo que sentía, quise abrir los ojos, pero cuando lo intente tuve que cerrarlos inmediatamente por la presión y ardor. Jimin no bajaba la velocidad ni un segundo, sus movimientos eran ágiles y delicados, podía sentir su corazón latiendo rápidamente, sus brazos estaban inmóviles a los costados de su cuerpo todo el trabajo lo hacía su cola y su torso.
Después de un rato empezó a bajar la velocidad. Abrí los ojos al oír que alguien habló.
-Bienvenido, joven Jimin –dijeron al mismo tiempo dos tritones que estaban montando guardia a los lados de una puerta de barrotes blancos con dorado. Ambos traían un tridente y una especie de cinturón donde pude ver navajas y otro tipo de armas que no había visto antes.
-Hola –dijo Jimin sonriendo –Debo entrar rápidamente –me señaló con la cabeza.
Los dos guardias me voltearon a ver, me repasaron de arriba abajo, pude ver un ligero gesto de desagrado en sus rostros, pero sin decir nada abrieron la puerta.
-¡Gracias! –dijo Jimin y entramos-. Bien Kookie, llegamos ¿Estás bien?
Asentí con la cabeza, tenía ya muy poco aire, pero aguantaría hasta que fuera necesario. Asintió también y señaló hacia enfrente a unos metros había un enorme castillo de lo que parecía ser mármol, blanco con decoraciones doradas. Seguimos avanzando hacia allá.
Al llegar ocurrió lo mismo que en la puerta anterior con los guardias, saludaron a Jimin, me miraron raro y nos dejaron entrar. Por dentro el castillo era tal cual el de una historia de princesas, demasiado irreal y maravilloso. Cruzamos un buen tramo, por todos lados había sirenas y tritones que nos miraban al pasar.
-Debe estar en una reunión recreativa –dijo- O sea en una fiesta –rio-. A pesar de todo el trabajo que realizan aquí, siempre hay fiestas para relajarse según ellos.
Los nervios aumentaron, imaginé que habría muchísimos tritones y sirenas que me verían como bicho raro, quizá les caería mal, podrían hacerme daño. Sentí un ligero arrepentimiento de haber llegado hasta ahí.
Avanzamos un poco más y llegamos a un gran portón, apenas nos acercamos cuando ya estaban abriendo la puerta los guardias, en esta ocasión nos recibieron con una gran sonrisa y ninguna palabra. Entramos, a un gran salón dónde efectivamente había muchísimas criaturas, tuve ganas de vomitar de tanto estrés.
-¡Jimin! –gritaron desde el fondo.
-¡Namjoon! –saludo Jimin a un tritón que se acercaba a nosotros. -¿Qué haces aquí?
-La verdadera pregunta es ¿qué haces con un humano en tu espalda? –dijo viéndome.
-Su nombre es Jungkook, venimos con el Rey ¿Lo has visto?
-¿No me digas que ya te conseguiste un novio? –le dijo con una sonrisa picara.
-¡Cállate! ¿No ves que no respira bajo el agua? No sé cuánto más pueda resistir, dime ¿Dónde está?
-Eeeeeh eso es todo Minnie –sonreía de oreja a oreja. Jimin le dio un golpe en el brazo. –Está por allá –dijo señalando al otro lado del salón.
-Gracias –dijo rodando los ojos.
Avanzamos y el tritón Namjoon nos siguió, no dejaba de verme con una sonrisa extraña, le sonreí y me dio unas palmadas en la espalda asintiendo.
-Mi querido Rey, lo busca el pequeño Minnie –se adelantó Namjoon hacía un tritón de mayor tamaño que todos los demás, tenía el cabello largo, quebrado y blanco.
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El tritón [JiKook]
FanfictionJungkook un joven solitario y desdichado, un día se encuentra con una criatura extraordinaria y la alegría vuelve a su vida.