RUDE

Capítulo setenta y cuatro.

Hace dos años...

–¿Quiénes son esas personas que quieres presentarme? –cuestioné mientras intentaba no caer y mantener el paso de mi amiga que corría hacia la salida del colegio.

–Ellos te lo explicarán mejor –se detuvo sonriente al llegar a la calle y miró hacia al frente.

–¿Ellos? –miré horrorizada al grupo de sujetos en la calle paralela a nosotros–. Pero... ¿sabes que esos sujetos tienen mala... fama?

–¿Mala fama? –ella rió–. Danbi, no creas todo lo que dicen por ahí. Esos chicos son como mi familia, me cuidan y nos divertimos mucho juntos.

–Pero... –me acerqué ligeramente para susurrar–. Se rumorea que son de una pandilla.

–Y lo son, de hecho; yo también lo soy.

–¡¿Que?!

–Si. Mira, no es como dicen por ahí, ellos no se dedican a robar y matar, esos solo son rumores. En realidad ellos son buenas personas, solo son una minoría víctima de la sociedad perfeccionista.

–Ya –rodeé mis ojos–, y decidiste ser parte de esa minoría. ¿Qué sabia decisión? –solté con ironía.

–Estaba pensando en pedirte que te unas –negó con su cabeza–. Pero, ahora sé que tú también eres parte de esa sociedad que solo juzga a los demás.

–Oye... eso no es cierto, tu sabes perfectamente que no soy así.

–Entonces ven conmigo –tomó mi mano–, te los voy a presentar.

–¿Qué? No... yo... –me resistí a caminar.

–Entonces –soltó mi mano–. Supongo que ya no querrás ser amiga de una pandillera como yo.

–No dije eso...

Miré fijamente a sus ojos con consternación, no podía creer que la única amiga que me quedaba en aquel colegio lleno de gente que amaba criticarme estuviera dándole fin a nuestra amistad tan solo porque yo no quería ser parte de su... pandilla.

–Está bien –accedí y ella sonrió.

Juntas cruzamos la calle para llegar con aquel grupo de sujetos que me saludaron amigablemente.

Días después empecé a formar parte de aquella pandilla; pasar tiempo con ellos era divertido, pero también había ciertas "responsabilidades" y rápidamente desarrollé apego hacia ellos, sentí que por fin había encontrado un lugar en el que era apreciada. Mi razonamiento se nubló por la emoción e inmadurez de aquella época y también hice cosas de las que no me siento en absoluto orgullosa.

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El presente...

–¿Este es tu novio? –cuestionó Black thought examinando a Bloo de pies a cabeza.

–Bla...bla...ck... –tartamudeé patéticamente mientras lo miraba aterrada.

–¿Quién eres tú? –cuestionó Bloo devolviendo la actitud arrogante.

Black thought sonrió de lado y se cruzó de brazos en una pose altiva.

–Cre..creo que debes irte –empujé levemente el brazo de Bloo.

–¿Por qué? –cuestionó Bloo con su voz profunda mientras no apartaba la mirada del intruso.

–Lo digo en serio Bloo, por favor vete –pedí casi suplicante.

–¿Estás bien? –cuestionó Bloo haciendo caso omiso a mi pedido.

–¡Solo vete! –grité. Le estoy haciendo un favor al alejarlo.