•*'¨'*•.¸¸.•*'¨'*•.¸¸.•*'¨'*•

1.5K 160 33
                                    


Miraba el reloj de mi oficina desesperadamente, bufé pensando en lo estupido que parecía. Masajeé mis cienes mientras sonreía, me sentía como un colegial de dieciséis años enamorado. Mi móvil vibró y lo agarré.

Volví a sonreír.

— ¿A que se debe su llamada, señor park? — Pregunté con burla. El rió dulcemente haciendo que algo dentro de mi se retorciera.

— Pues bueno, señor Jeon, me preguntaba cómo iban las negociaciones con el ministro de Japón. — Me siguió el juego y sonreí.

— Va sobre ruedas, aceptó el tratado de las construcciones a las afueras de Osaka y Nagoya. Me dijo que está interesado en uno de los edificios... ¿sabes en cuál? — pregunté y él suspiró.

— ¿Nop, cual? — Dijo con voz inocente. Solté un pequeño jadeo.

— En Eiji. — Se quedó en silencio durante unos segundos.

— ¿En cuanto? — Murmuró y mordí mi labio inferior.

Parezco un adolescente hormonal, joder.

— Cuatro millones. — Soltó un pequeño grito.

— Te dije que mi edificio era hermoso, soy un diseñador de diez. Siempre quejándote de mis excentricidades. — Reí.

— Me gusta que seas excéntrico y ambicioso, cariño. — Me eché en el respaldo de la silla recordando cuando hace un año y medio entró por primera vez por la puerta de mi despacho lleno de papeles hasta arriba, con el cabello rosa fosfórico acompañado de un maquillaje cargado del mismo color.

Las alarmas en mi cabeza saltaron desde el primer segundo.

— Me odiabas. — Arrugué mi entrecejo.

— No te odiaba, me ponías duro. — En el otro lado de la línea se escuchó una risa escandalosa y ya tenía la imagen mental de él con la mano en su boca mientras controlaba su risa y a la vez de inclinaba hacia delante. Fue calmando su risa hasta que se escuchó como un pequeño murmullo.

— ¿Como anoche? — Ronroneó.

— Eres un descarado. — Dije mientras sentía un pinchazo en mi miembro.

— ¿Perdona? ¿Quién apareció a las tres de la mañana en la puerta de mi apartamento y se aprovechó de un joven inocente desprevenido? — Dijo con tono de burla.

Pase la lengua por la parte interior de la mejilla y solté una risa suspirada.

— ¿Joven inocente? Anoche casi rompes la cama mientras me cabalgabas. ¿O te recuerdo como fue? — soltó un suspiro tembloso al otro lado de la línea y sonreí socarrón. — ¿Hace falta que te recuerde todas las veces que te viniste debajo de mi temblando y rogando por más? — soltó un pequeño gemido y sonreí.

De la nada tocaron el la puerta y vi el reloj, "18:59".
Suspiré.

— Cariño me tengo que ir, tengo una reunión.— solté sabiendo que se le bajaría la calentura.

— ¿Taehyung? — Preguntó con voz rígida.

— Si. — Susurré y el soltó un sonido afirmativo.

— Hoy no vengas, saldré. — me puse de pie y me paseé por el despacho.

Volvieron a tocar la puerta y me quejé.

— ¿Con quién? — pregunté seco.

— Con Yugyeom, creo que me va a pedir salir enserio. — mi respiración se cortó y sentí como el músculo de mi mandíbula se ponía rígido. — No podemos seguir con esto, necesito algo estable, Jungkook. — Nos quedamos en silencio.

🅕🅐🅛🅛🅘🅝🅖↝ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ ꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora