Fairytale. |Harry Styles|

Capítulo 17: Gwen lo sabe.

Ella parpadea un par de veces, arruga el entrecejo confundida y se acerca cautelosa.

Frunce los labios desde algunos metros atrás, observándolo detalladamente y luego, casi al instante, vuelve su mirada hacia mí. No sé qué hacer, ni cómo reaccionar.

No se suponía que llegara justo ahora.

—Chloe —susurra—. ¿No me presentas a tu amigo? —pregunta, colocando una mueca forzosa en sus labios.

Me levanto en un santiamén, como si la vida se me fuera en ello.

—No es mi amigo y lo sabes —murmuro, observándola y levantando la ceja derecha.

Gwen sabe perfectamente que él no es mi amigo, se lo he dicho y es absurdo que ahora le dé una amnesia temporal.

Ella me lanza una mirada de reprimenda.

Harry se levanta del sofá y avanza cuidadoso hacia ella, estudiando sus acciones como si fuera un domador de bestias al que le han dado un animal salvaje.

Se coloca en su enfrente.

—Soy Harry Styles, un gusto conocerla —expresa, estirando su mano derecha para saludarla.

Gwen observa su palma y luego a mí, como preguntándome si debería estrecharla. Asiento un par de veces, incitándola a que lo haga y no lo rechace como, seguramente, tiene pensado hacerlo.

Ella estira una sonrisa demasiada artificial y lo saluda.

—Así que tú eres la aventura de Chloe—fanfarronea, soltando una dosis de ponzoña en sus palabras.

—¡Gwen! —exclamo, desubicada y molesta al mismo tiempo. No puedo creer que le haya dicho eso.

No. Puedo. Creerlo.

—¿Qué? —inquiere, como si nada.

—No digas tonterías, Harry no es una aventura —espeto, poniéndole mala cara.

Lo observo a él, lleva una sonrisa de compromiso, tratando de asimilar la situación.

—No pasa nada, está bien. De todas formas, tiene razón en cierto modo—articula, aun manteniendo esa sonrisa incomoda.

—¿Lo ves? Él lo acepta. Todo está bien.

—¡No, nada está bien! —chillo—. Pídele una disculpa a Harry —sentencio.

Ella se toma el pecho, como si lo que hubiera dicho no fuera una ofensa grave a su persona.

Expande los ojos y espera a que yo interceda para decirle que no lo haga, pero esta vez no será así. Esta vez ha llegado muy lejos con sus comentarios desatinados e hirientes.

—No pasa nada, está bien, Chloe —murmura Harry, tratando de calmar las aguas—. No lo ha dicho con mala intención, ¿Cierto? —agrega, observando a mi agente.

—Claro —expresa, sonriendo y llevándose las manos a la cintura.

Observo a Gwen y luego a Harry. Creo que él quiere agradarle a ella de todas maneras.

—Vale, ya está. Dejémoslo ahí —musito.

Ella asiente y lo siguiente es realmente frustrante. Este encuentro ha sido de todo menos amistoso.

Tomo a Harry de la mano y lo llevo hacia el sofá, hago que tome asiento y juguetee un rato con el control del televisor.

Yo, por mi cuenta, regreso a ver a mi agente que aún se mantiene de pie en el mismo lugar.

Ella se cruza de brazos.

—¿Ya, esto era lo que querías, Gwen? —inquiero en un susurro. No deseo que Harry se dé cuenta de mis reclamos.