El gran atraco

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Este one-shot pertenece a una tanda de AmigOS invisible ifridge. Estoy muy contenta de haber podido participar, y espero que a todas os guste esta idea tan loca.

Sobre todo a ti, Elena, que me ha hecho mucha ilusión que me toque esto... Ojalá te guste y sea lo que esperabas


17.520 horas antes del atraco (dos años)

—¿Sabes lo que te digo? Que me comas el coño.

—Anda, pija de los cojones, ya te gustaría a ti.

El chico que las acompaña las observa de forma alternativa, con las mejillas sonrojadas. En su mente, se imagina pidiéndoles que paren, pero ni una palabra sale de su boca. Con la de insultos que se dedican, no quiere imaginarse lo que le tocaría a él por meterse.

—Ah, bueno, si yo soy la pija, tú eres la choni barriobajera, que creo que es un poco peor.

—A ti lo que te jode es que nos dediquemos a lo mismo siendo tú de buena familia y yo de la calle.

—Pero serás zo...

—¡YA VALE, ME CAGO EN LA HOSTIA!

Se giran los tres, descubriendo al que ha soltado semejante grito. Es uno de los más jóvenes de la banda, pero tiene el carácter de la mismísima jefa de la organización.

—Yo no tengo la culpa de que esta pija de mierda sea incapaz de hacer las cosas bien, Raoul. —Se sopla el flequillo—. ¡Que casi nos pilla la pasma!

—Soy consciente de ello, Aitana, tenéis suerte de que Agoney provocara ese accidente y nadie pudiera pasar por esa calle en un buen rato. Pero la realidad es que tanto tú como Nerea estabais dentro llevando cosas cuando la alarma ha sonado. No puedo decir quién ha sido, porque no lo sé, pero que la habéis cagado, eso seguro.

El de rizos agacha la mirada, colorado ante la mención del accidente. Tampoco dice nada esta vez.

—¡Que no ha sido mi culpa! ¡Mira, flipo! ¡Estáis confabulados en mi contra! —Nerea mueve las manos en todas direcciones, intentando así que la entiendan.

—Nena, que si la has cagao, se dice y ya está. —Aitana pone los brazos en jarras—. Semejante inútil.

—¡Yo no he hecho nada, y antes de hablar de mí te lavas la boca, niñata de los cojones! ¡Además, tú también estabas todavía dentro de la casa cuando ha pasado!

Agoney lo observa todo en silencio. Contempla a su compañero de reojo, esperando que reaccione y acabe con la pelea. Pero lo cierto es que él tampoco entiende nada. Tendría que haber salido todo tal cual lo planearon.

—¡Es que te arrastro, te arrastro!

—Lo dicho. —Nerea parece satisfecha—. Más barriobajera y no naces, chavala.

—¡QUE OS CALLÉIS! —La cara del rubio del equipo se incendia de rabia. Está harto y eso se nota en cada poro de su piel—. Dejad de pelear por estupideces. Casi nos pillan, y si lo hacen, adiós a la banda. Tenéis que ser conscientes de que no somos una organización de poca monta. —Mira a Nerea directamente.

—Mira, estoy hasta los ovarios. —Resopla con fuerza—. Me voy.

—¡Al fin! —Aitana levanta los brazos hacia el cielo—. Qué ganas de que vuelvas a tu vida de niña rica y te dejes de experimentos. Ojalá vayamos a robarte  a ti. Otra vez.

—No me voy de la organización. —Masculla, fulminándola con la mirada—. Me voy de esta banda. No pienso seguir compartiendo mi espacio con una persona que no me respeta. Ninguno lo hacéis.

El gran atraco- ifridgeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora