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Un día un oso estaba durmiendo plácidamente en el bosque, cuando llego una ardilla que empezó a jugar con una nuez... Mientras saltaba y saltaba cada vez más cerca del oso, se levantó muy enojado que agarro a la ardilla y ella muy asustada le suplicó: Perdóneme señor oso, te lo suplico, no te vas arrepentir. Si algún día necesitas ayuda, vendré a ayudarte, seré siempre tu amiga. Un animal tan pequeño como tú no podría ayudarme ni ser mi amiga, así que mejor te soltaré.
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El tiempo pasó...
El oso andaba consiguiendo miel por el bosque cuando de pronto, sin mirar que en el suelo habría un enorme espino, lo piso y se lo enterró en su pata. El oso se cayó y quedo débil, tanto que no podía pararse Y ningún animal lo ayudo pues conocían lo feroz que era y lo temían.
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A manuela le avisan lo que le sucedió al oso. Y fue a cumplir con lo que prometió El oso lloraba tristemente, llego Manuela se acercó y con sus diminutas patitas logro tomar la espina y el saco de la pata del oso sorprendido y apenado le agradeció...Y fueron amigos por siempre.
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REFLEXIÓN: Nunca desprecies a nadie por su posición o condición, un buen amigo siempre ayudará.
