Unica Parte

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Delicadeza

Esa fue la primera palabra que brotó a mi mente al verte en tan enigmática presentación en Londres. Delicadeza también fue mía para tomar tu cuerpo y acercarlo al mío.
Los tiempos estaban pintados de dulce blancura, el mismo tono de tu piel; al terminar la función saliste ya cambiando a prendas abrigadas con guantes brillantes casi tanto como tus ojos. Aún están aquí, en mi cabeza, furiosos, apasionados y orgullosos. Miraste a mi dirección, sonriendo separaste la mirada.

No puedo recordar ya, ¿en que momento terminamos en mi apartamento?, con tu figura sobre mi cama, con tus caderas pegadas a mi cuerpo, tus lágrimas sobre la almohada y las sábanas estrujadas en tus palmas. Me he quedado estático, recuerdo tus palabras, "¿Qué pasa escritor?, ¿Es acaso que no puedes poner esta sensación en tus versos?", mi amor lo que no sabrás es que para ese momento ya tenía un ejemplar de los más bellos poemas haciendo honor a tu cuerpo. Nunca, en todo lo había vivido hasta ese momento, mi mente había redactado canciones sobre placer.
Nunca mi boca había probado del dulzor de la carne de un demonio, mis dientes había rasgado las alas de tantos ángeles, pero mi existencia codiciosa nunca se imaginó perder sus alas por un cordero maldito.
Oh mi vida, jamás sabrás el venero que derramaste sobre mis labios cuando destrozado logre elevarte a las tierras prometidas. Mi castigo por el creador llegaría con tu partida. Siendo mi pagar por mostrarte tantas veces el cielo sin consentimiento de Pedro.

Pasados los meses te vi, de la mano de otro hombre, creo que fue en esta convivencia para Vogue, que me echaste una mirada; comprendí al instante que dentro de tu brillante cabeza se estaban formulando miles de ideas para safarte de su brazo. En la mía se formaban miles de formas de tomarte.
Nos metimos dentro de la habitación de vestuario, todos estaban ocupados siendo nada, así que nada nos interrumpió. Baje un poco tu pantalón de Saint, no quería malograr tu atuendo de diseñador, te inclínate hacia adelante invitando me a probarte, nunca ningún fruto sería más dulce que la fuente de los placeres que guardabas receloso entre las piernas, tus muslos temblaban de anticipación y pensé en terminar con rapidez mi festín, pero los manjares son para saborear. Me di mi tiempo para devorarte, con parsimonia me enterre en la dulzura de tu cuerpo, teníamos a la gente en cima y no quería que tu nuevo amante descubriera que otro estaba bebiendo de su cáliz. Pero este esquema de vivencias no tuvo un fin hasta que tuve que ir al extranjero, no tuve que hablarlo contigo, ambos sabíamos dos cosas, tu no le pertenecías a nadie y yo siempre estaría a tus pies.

Pasaron los años, no se cuantos, disculpa por no llevar la cuenta solo se que era momento de volver al lugar que tanta inspiración me dio. Porque tuve éxito, creo que lo supiste, vendí bastantes libros; donde se encontraban los más exquisitos versos dedicados únicamente a ti, en los que describí el placer de la posesión, de la lujuria y el desprecio; me dijeron que compraste todos y cada uno de mis trabajos, se bien que tu ego se alzó entre las masas porque sabemos bien que fuimos la verdad más horrorosa pintada con acuarelas tenues de colores fuertes.

Lamentablemente era ya tarde, mi mirada se apago al vislumbrar tu figura postrada sobre una cama con sábanas de seda; nunca cambias, aún en tu lecho de muerte debes verte como el ser más etéreo del lugar. Tu piel desprotegida, dañada con el paso de las primaveras, o con el paso de los amantes, no voy a juzgarte desde siempre fuiste así.

El médico mencionó que era una enfermedad muy extraña y que actualmente no existía una cura, me derrumbe, un poquito nada más. Cuando hablamos parecía que el tiempo no había pasado, solo que ahora no tenías a los cientos de figuras arrastrando tu delicado pero fuerte cuerpo, llegue tarde, como llegue tarde a tu vida.
Porque ese mismo invierno te fuiste entre mis brazos, dejándome un amargo recuerdo de tus labios sobre los míos a la vez que tu mano soltaba suavemente la mía.

Ese día lloré mi musa, porque en un invierno me dejaste, se cerró el telón y tu no saliste a darme una mirada coqueta con una sonrisa elegante, se acabó la música y la estrella cansada se durmió.

Mi esposa mira en mi dirección con nuestra hija en sus brazos, mientras melancolicamente te veo hundirte entre penumbras concretando pues que el show a terminado, solo estamos unas cuantas personas, algunas no las conozco y otras me miran con pesar como si supieran lo que me duele tu abandono.

Ya no necesito de la riqueza si la persona que me llevo a ella no está para alabarme, sabes bien mi musa que eres el poema más precioso, más horrible y más sublime que jamás se escribirá, porque soy un escritor mediocre que no pudo retenerte, no tengo el derecho de escribirte en mis líneas mi rey, sería inaudito crear versos que no puedan hacer justicia a tu fuerza. Y es que soy egoísta, nadie es digno de siquiera imaginar una sombra de tu esplendor, me niego a compartir mis momentos a tu lado con ignorantes del pecado.

Porque el pecado fue, es y siempre será nuestro mejor espectáculo.



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Es un OS Kiribaku, pero no hay nombres, si te gusta algo imagínate lo, es tan libre como este escrito.

Bueno, eso ah sido todo.

Espero que les guste, esta es una de mis OTP supremas.

Gracias por leer y nos vemos en un siguiente OneShot, ¡besos!

●Musa● [KiriBaku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora