Ángel de la Oscuridad.

One-Shot. Ángel de la oscuridad.

Hazbin Hotel no me pertenece es propiedad de Vivienne Medrano (VivziePop), yo sólo prestado a los personajes para fines de esta historia.

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"Juzga la oscuridad de mis actos y condena los pecados de mi alma."**

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Una descarada y aterradora sonrisa enmarcó el semblante de Alastor y su mirada se desvió hacia la escena que tenía frente a él. Una perturbadora idea brilló en la profundidad de su mente.

—¿No piensas hacerlo? —El sonido de la sintetizada voz rebotó sobre las maltrechas paredes del oscuro callejón creando un eco impresionante.

Charlie volvió la mirada en dirección al sujeto que se aproximaba.

Alastor se manifestó junto a ella en apenas una fracción de segundo con una sonrisa mortalmente maliciosa adornando su rostro. El Demonio se apoyó sobre la pared, dejando descasar todo su peso sobre la áspera y sucia superficie. El pensamiento de inmundicia atajó su mente.

—Yo no quise… de verdad, Al esto fue un accidente. —La convicción en Charlie fue realmente impresionante a pesar del estado de aturdimiento en el que se encontraba.

Y al menos para Alastor dicha actitud rayaba en lo absurdo y denigrante.

¿El cuerpo que yacía inerte en el suelo y las manchas de sangre de la víctima en Charlie fueron un simple accidente? ¡Ha Inaudito! La princesa del infierno tenía un cinismo escondido detrás de toda esa máscara de bondad.

Los ojos del Radio Demon destellaron con diversión ante tan irónico acontecimiento, encontrando absurdamente hilarante la situación en la que ahora se encontraba la heredera al trono de Lucifer.

—Era sólo cuestión de tiempo querida —Se jactó Alastor por la realización de sus anticipaciones—. Tus ojos cariño, eran el reflejo de la naturaleza que te carcomía por dentro y que luchabas tan desesperadamente por negar y suprimir. —Él le dedicó una divertida pero estricta mirada. A pesar de todo, el comentario tenía toda la intención de ser despectivo.

Charlie miró por encima de su hombro y observó a Alastor con un semblante arrogante y casi diabólico, ella intuyó que la situación en la que la encontró fue totalmente gratificante para él.

— ¡Te equivocas! —espetó furiosa ante las palabras del Demonio. Un ligero temblor sacudió su cuerpo.

— ¿Es así princesa? — La sonrisa en Alastor no desapareció en ningún momento y puntualizó señalando a la escoria en el suelo.

Ella quiso negar y decirle que no, que todo fue un completo error de su parte. Pero no podía pues la evidencia yacía a su lado. Dejó las palabras flotar en el aire sin atreverse a replicar de nuevo ¿Qué podría decir después de todo? El demonio tenía razón, el instinto fue mucho más fuerte que su autocontrol.

Ella era un demonio de sangre pura nacida en el infierno, hija del infame Lucifer ¿qué podría esperar? La manifestación de sus rasgos demoniacos era inevitable y tendrían que salir a la luz en algún momento de su existencia, tanto como ella luchara contra esa malicia inherente de su linaje.

Había bondad en ella, sí, pero sólo fue una cara de la moneda en su interior. Con pesar se dio cuenta que pensamientos intrusivos y deseos maliciosos se deslizaban por su mente y amenazaban su cordura y naturaleza. Se aterró al pensar que no tardaría demasiado tiempo en ceder ante sus bajos instintos.