[[Rubegetta]] Noche invernal [[One-Shot Lemon]]

Bueno, pues como habréis podido leer en la descripción de la historia (si es que alguien lee esas cosas), este One-Shot es algo un poco improvisado, pues no he realizado ninguna votación ni he avisado a nadie de ello. Simplemente una personita muy maja me sugirió hacerlo y me vino la inspiración.

Esta vez se trata de Rubegetta (Rubius y Vegetta), una pareja que hasta este momento no había realizado. Así que espero que os guste este refrescante One-Shot (refrescante porque estamos en invierno JAJAJA) y lo disfrutéis tanto como yo lo hago.

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*Narra Rubius*

−Dios, qué frío hace.− Dije mientras me frotaba  ambos brazos enérgicamente para entrar un poco en calor.

−Parece mentira que tú, Rubius, que llevas sangre noruega por tus venas, tengas frío aquí.− Replicó Vegetta entre risas mientras me ayudaba a entrar mis maletas a su casa. Aunque quien dice casa, dice mansión.

Veréis, aprovechando ahora que estábamos los YouTubers un poco más unidos gracias a la nueva serie de Karmaland, decidí junto a Vegetta y Willy venir a Andorra para grabar un episodio en directo con cámara donde estuviéramos los tres. Aquello generaría sin duda muchas visitas y, además, me daría un tiempo para visitar Andorra, el paraíso YouTuber.

El caso es que pensé que no haría tanto frío, por lo que no me abrigué como debería. Además, el cielo se estaba cerrando y las nubes auguraban que aquella noche, como mínimo, caería una buena nevada. Como bien supe después, "buena nevada" se quedaría corto.

Tras deshacer las maletas, preparar el setup y acariciar una y otra vez al gato de Vegetta, decidimos que era un buen momento para grabar el episodio. El problema fue que, para ese momento, estaba cayendo una copiosa nevada acompañada de fuertes ráfagas de viento.

−Bueno, pues parece que lo de grabar el episodio se cancela por el momento, ¿no crees?− Me preguntó Vegetta mientras observaba el exterior con una mueca en sus labios.

−¿Eh?− Pregunté un poco confuso, pues me había distraído viendo el crepitante fuego de la hoguera del salón. −Ah sí, pero bueno, no pasa nada. Por cierto, gracias por dejar que me quede en tu casa.

−No hay de qué, hombre.− Me respondió con una amable sonrisa.

Las horas pasaron y, mientras la luz desaparecía fuera, la nevada no cesó. Es más, parecía que a cada minuto empeoraba.

−¿Te apetece que haga unas palomitas y vemos alguna película o serie?− Preguntó Vegetta levantándose del gran sofá del salón, en dirección a la cocina.

−Me parece una idea estupenda.− Respondí yo, estirándome un poco en aquel sofá. Sin duda era cómodo.

Mientras Vegetta preparaba las palomitas y yo miraba los cientos de títulos que ofrecía Netflix, pasó lo impensable. Se cortó la luz.

No pude evitar dar un gran respingo, pues aquello me pilló totalmente de improvisto. Desde la cocina, se escuchó a Vegetta lamentarse como él sabe, diciendo de todo, pero sin ninguna palabrota.

−Me cago en los mil repimpines y en la mar salada.−

Sí, sin duda era muy él.

Aquel incidente solo fue la punta del iceberg pues, como bien averiguaríamos después, los problemas acababan de empezar. Además de que sin electricidad no se podía utilizar la luz, los electrodomésticos ni la televisión ni el ordenador; el mayor problema de todos fue que el sistema de calefacción general funcionaba digitalmente, por lo que sin electricidad, no había calefacción.