[CITRUS] - Come Home with me Tonight

𝒱𝑒𝓃 𝒶 𝒸𝒶𝓈𝒶 𝒸𝑜𝓃𝓂𝒾𝑔𝑜 é𝓈𝓉𝒶 𝓃𝑜𝒸𝒽𝑒

Capítulo 1: Bodas y felices (T) reencuentros

Yuzu no puede creer que esté haciendo esto ahora. Pero sí, está segura como el infierno, porque esta es su vida a partir de ahora. Una gran broma desde que Katherine rompió con ella hace dos meses. Por razones que fueron 'no eres tú, soy yo', pero en realidad sonaba mucho como 'eres tú y no yo'. Y Yuzu estaba jodidamente deprimida y sola y solo quería que su novia volviera.

Había llamado a Katherine de arriba abajo, prometiéndole que sería mejor, cambiaría lo que fuera que hubiera alejado a Katherine, pero la mujer solo había cumplido las promesas de Katherine con escepticismo y luego un silencio de radio antes de bloquear por completo el número de Yuzu. Así que Yuzu había comenzado a enviarle mensajes, enviarle un correo electrónico, incluso enviarle cartas por correo (y si eso no hablaba mucho de su desesperación, (aunque le gustaba pensar que era una dedicación a una causa y esa causa era que Katherine volviera) atrás porque quién demonios usaba más el correo) hasta que todos esos lugares posibles también habían sido bloqueados.

Y ahora, aquí, ella estaba en otro plan para recuperar a Katherine, y todo tenía que ver con una invitación de boda. Mary, la antigua compañera de cuarto de Yuzu en la universidad, se iba a casar con su dulce amor de secundaria David. Sería la típica y lujosa boda romántica, ya que Mary y David creían en el amor verdadero como idiotas. (Yuzu creía que Katherine era su verdadero amor por toda la vida, pero supongo que no era un sentimiento mutuo) Y Katherine estaba en la lista de invitados, junto con su nueva novia, Nagisa. Descubrir que Katherine había comenzado a salir con alguien tan rápido después de que su relación de cinco años había terminado fue un gran golpe para las entrañas de Yuzu, ​​y ​​había pasado todo el fin de semana fumando hierba y viendo películas de comedia romántica mientras comía helado en la cama. Ah, y ella había llorado. Mucho.

Pero es mejor no recordar ese fin de semana.

Así que no había manera de que Yuzu fuera sola a esa boda. Tenía que ir porque era Mary y Mary era un ángel y no merecía que Yuzu faltara en su día especial al no presentarse o al estar borracha de envidia, tristeza e ira (y toneladas de alcohol gratis al aire libre) debido a la relación pública de Katherine y Nagisa. Por lo tanto, la joven de 25 años, ligeramente borracha y con pantalones de chándal deprimidos estaba examinando un sitio de chicas malas. Así es, Yuzu estaba a punto de gastar mucho dinero en una escort porque no había manera de que fuera capaz de encontrar a alguien dentro de tres semanas para llevar a la boda.

Suspirando pesadamente, la computadora portátil en su estómago se movió con sus movimientos mientras se desplazaba por las listas. Había revisado tantos perfiles increíbles, pero nadie parecía realmente captarla. Claro, todas eran conversadoras expertas, altamente educadas, grandes amantes y todas hermosas, pero no podía imaginarse besar a ninguna de ellas. O en lograr con éxito que ella estaba interesada en ellas. La ruptura de Katherine había arruinado a las mujeres para Yuzu. No había podido ponerse difícil pensar en acostarse con otras mujeres, por lo que no lo hizo. Y eso trajo otro problema. Yuzu tenía un amigo extra especial allí abajo en sus pantalones que haría difícil explicar eso a sus acompañantes. En caso de que durmieran juntos, por supuesto, no es que probablemente lo harían.

La triste luz azul de la pantalla se reflejaba en sus gafas, en su estado de ser, y era la única luz en la sala de estar, un lugar lleno de recipientes para llevar y ropa sucia por todas partes. No tenía la energía para hacer mucho en estos días, incluso cuidarse a sí misma y a su departamento.

Yuzu suspiró de nuevo. Quizás debería renunciar a esto. Era una idea estúpida de todos modos. Pagarle a alguien para que se presente con ella en la boda y restregar en la cara de Katherine lo feliz que estaba Yuzu con esa persona con la esperanza de que Katherine se diera cuenta de que lo que se estaba perdiendo era patético. ¿Y quién sabía si alguna vez funcionaría?