Irene

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 - No fue mi culpa, yo no lo hice, en todo caso él fue quien me molesto yo solo me defendí pero claro la culpa de todo la tengo yo y nadie más, todos lo vieron pero el monstruo  soy yo - Pensó Irene mientras caminaba en círculos en su cuarto, se había quitado el vestido azul y ahora estaba arrumbado en la cama, lo había cambiado por unos pantalones negros y un polo rojo, los zapatos los había guardado y opto por mejor andar descalza.

Después de una hora por fin entró su madre, tenía la cara tranquila, ni un comentario al entrar, solo una sonrisa y un gesto para que se sentara, eso significaba problemas.

 - Irene hija mía, ¿te das cuenta de lo que acabas de hacer? Ahora por tu culpa nuestra familia estará mal, espero que esta vez al fin aceptes el amor que te tiene tu padre ya que a pesar de todo te defendió 

 - ¿Debo agradecerle acaso? Yo me defendí y no tengo nada de que avergonzarme 

 - Esperaba que entendieras de una manera tranquila pero veo que sigues demasiado metida en tu orgullo, algún día veras que nosotros teníamos razón 

Ese fue el último día que vio a su madre en aquella época, poco después la mandaron a aquel pueblo, donde no había nada que le pudiera llamar la atención aquel lugar sin todos los lujos a los que fue acostumbrada alguna vez y las cosas que le daban con que tan solo moviera un dedo.

 - Es por tú bien principalmente, debes entender que esto es para reparar el honor y la reputación de tu familia y también que te vuelvan a respetar a ti y tengan una buena imagen tuya - le dijo su padre antes de ordenarle a Step que subiera la maleta con sus cosas al auto

 - A las únicas personas que les importa todo esto de la reputación es a ustedes, pero si por mi fuera quítame de tu testamento, quítame tu apellido, seré una adultera más y nadie sabrá que tenias una hija que se defendió y no acepto ser la esclava de nadie

Su padre bajo la cabeza unos momentos cuando la levanto la miro fijamente y después le dio una bofetada más fuerte de lo que siempre lo hacía, Irene termino en el suelo, con el cachete rojo y punzante 

 - Tú necesitas el apellido, si no fuera por eso no tendrías futuro alguno y estarías destinada a vagar en la pobreza, Step llévatela ya no la quiero ver más por aquí

Step la cargo, aquel señor siempre tan atento y cuidadoso con ella ahora solo evitaba su mirada, la trataba como a una molestia cuando siempre la consintió y la cuido, eso le dolió mas que el golpe que acababa de recibir y una lágrima perdida corrió por su mejilla.

Aquella sería la última vez que pisaría aquella casa que tantas veces llegó a dibujar porque le parecía fascinante su arquitectura y siempre llegaba a encontrar un angúlo nuevo en algún balcón, cuarto o en el jardín donde pasaba marzo arreglando las flores para que en cuanto llegara la primavera flocerieran, y durante todo el año se dedicaba a subir los árboles, ese sería su adiós terminal, dijo para sus adentros.

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⏰ Última actualización: Nov 17, 2014 ⏰

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