Parte 1

70 7 1
                                    

Too long, too late. Who was I to make you wait.
Just one chance, just one breath, just in case there's just one left.
'Cause you know, you know, you know…

Tengo que apagar el reproductor de música porque acabamos de llegar a la empresa, pero todavía estoy dormido. No logro descansar lo suficiente debido a las presentaciones, los ensayos, los viajes en avión que son putamente incómodos. Encima, como si fuera poco, en tan solo un rato se va a grabar el último episodio de Real GOT7 Season 2. Debería estar alegre porque se trata del último, porque seré el protagonista junto a JinYoung y YoungJae gracias a los cumpleaños, pero la verdad es que eso me importa tres carajos como casi todo lo que me involucre. Solo debo poner la cara frente a la cámara y ya, imagino a miles de niñas gritando mi nombre. Aunque mis expresiones demuestren el más profundo desprecio u odio, me van a seguir queriendo. Es una de las ventajas de ser un idol o, en mi caso, la peor de las desgracias porque odio tener que cuidar la imagen hasta para ir a comprar un café y que de la nada aparezcan veinticinco cámaras fotográficas. Pero no siempre ha sido así; últimamente estoy molesto por algo, por reacciones de mi cuerpo que no puedo controlar y que no pasan desapercibidas. Por eso voy a dar todo de mí para hoy ser una de las mejores estatuas renacentistas del estudio.

Mejor dicho, lo intentaré. A veces no puedo controlarme si él está cerca.

Una de las estilistas me lleva consigo al vestuario. Me maquillan mientras duermo unos cinco minutos, me visten con la ropa que yo escojo y luego de lidiar con mi peinado nos conducen a todo el grupo a la sala en donde se va a grabar el capítulo. Pura monotonía a la cual estoy acostumbrado. Nos muestran los lugares en dónde debemos sentarnos mientras nos indican lo que debemos hacer. Estoy en una punta, vestido de blanco, con unos jeans rotos y borsegos amarronados. A mi lado está YoungJae con un sombrero que me va a decapitar en cualquier segundo. El líder hablará, también JinYoung. Jackson está sentado en la otra punta a un lado de BamBam, lo cual me pone más que molesto pero lo disimulo. Nos dan unas cuantas indicaciones más y el programa comienza.

Ni siquiera pasan cinco putos segundos que clavo la mirada en él, haciéndome el tonto, el distraído. Jackson está observando hacia la cámara porque ama el lente, ama que la atención esté puesta en su persona, y la cámara también lo ama a él. JaeBum está hablando; eso es bueno porque todos creerán que lo estoy mirando o que estoy prestando algo de atención a lo que dice pero en realidad mi mente empieza a despegarse de la realidad. Soy bastante despistado, distraído. Últimamente más, pero es su culpa. ¿Ya he dicho que todo tiene que ver con él? Como si fuera poco trae puesto ese gorro ridículo para tapar el mal corte de pelo que ni él soporta. Al pensar en las veces que se ha quejado de lo feo que se ve no puedo evitar que mis labios se curven en una ligera sonrisa, mas justo en ese instante el chino clava sus orbes oscuros en mí, así que finjo escuchar al líder. Esa simple mirada es suficiente para perderme más y más en mis pensamientos.

Jackson Wang se ha convertido en mi perdición desde hace unos cuantos meses atrás. Perdí la cuenta del tiempo que llevo imaginando que sus manos me tocan o su respiración cálida muere en mi nuca. Al principio tan solo cogíamos por necesidad. Desde que firmamos el contrato se nos prohibieron las citas, los encuentros con mujeres, porque eso nos distraería. Además, debo confesar que no teníamos tiempo para cosas así, hasta que algunas noches la necesidad masculina empezó a volverse incómoda. Tan incómoda que no pudimos ocultarlo más…

Aquel viernes el departamento que compartimos estaba casi vacío a excepción de BamBam, Jackson y yo. El pequeño Tailandés llevaba media hora dormido; mi compañero fue quien se encargó de arrastrarlo a su habitación luego que comenzara a roncar en medio de una película que estábamos viendo los tres. Los demás miembros del grupo estaban con sus familias porque nos dieron una semana de descanso. ¡Deseaba tanto estar con mis padres! Ah… pero no se pudo concretar el viaje. De todas maneras, amaba pasar el tiempo con mi mejor amigo, ese que sentado a mi lado mantenía la cabeza apoyada en mi hombro mientras reía por las tontas escenas graciosas de aquella película inglesa. Al finalizar salimos a comprar café cerca de las diez de la noche. Nos siguieron unas cuantas fans y las grabaciones no tardaron en ser subidas a internet. Ya a esas alturas reíamos por lo sucedido, sintiéndonos los dueños del mundo.

So far away. [Markson/Jark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora