Capítulo 9: Conociéndonos

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—Por cierto, gracias de nuevo por ayudarme — reitero con una gran sonrisa. — mi nombre es Elizabeth. — extiendo mi mano hacia él con alegría.

—El mío es Liam — corresponde a mi saludo con la misma emoción. — es un gusto conocerte Elizabeth.

—El gusto es mío — añado muy animada y dentro de mi puedo sentir una inmensa... ¿felicidad?

¿Será esta, mi gran oportunidad para por fin hacer un amigo?

—¿Es tu hija? — se acerca con ternura a mi pequeña y toma sus delicadas manitas empezando a jugar con ellas.

—Así es — respondo enternecida por aquel momento tan lindo que se está llevando frente a mis ojos. — Su nombre es Ava.

—¿Ava? — me mira con entera sorpresa — es un lindo nombre — hace una pequeña pausa para después con un tono coqueto completar — igual que el tuyo. 

—Gracias — sonrió ladinamente y un leve sonrojo se pinta en mi rostro al escuchar tal cumplido.

—No eres de por aquí, ¿cierto? — pregunta Liam mirándome de reojo.

—Yo soy la que debería hacerte esa pregunta — reprocho — en todo el tiempo que viví aquí, jamás te había visto.

—¿Así que vivías aquí? — me mira asombrado y yo asiento con un movimiento de cabeza. — ¿por qué te marchaste, entonces?

—Como todos llega el momento de crecer, de tomar un nuevo rumbo, de ser independiente — comento con ilusión y una sonrisa se va formando en mi rostro — me casé y me fui al lado de mi pareja.

—¿Entonces estás casada? — cuestiona desconcertado y se pone algo tenso.

—Si, así es — confirmo y le muestro mi dedo anular en el que se encuentra mi pequeño anillo de bodas, representando la unión que tengo con Declan.

—Es muy bonito — contesta en un tono parecido al de derrota, al mismo tiempo que parte de su sonrisa se desvanece. ¿Qué le pasa a este tipo? — ¿te parece si mejor vamos a dar un paseo?

—Claro, me parece bien — respondo con gran ánimo y de inmediato trato de guardar las cosas de Ava en la pañalera.

—Déjame te ayudo — Liam toma la pañalera que estaba a mi lado, voy pasándole las cosas y él amablemente acomoda todo en la maleta.

—Gracias — pronunció una vez que él ha terminado de guardar todo.

—¿Nos vamos? — me extiende su mano a la vez que cuelga en sus hombros la maleta de mi hija y me ayuda a levantarme.

—No es necesario que lleves eso contigo — comentó con voz tímida y sujeto la maleta para hacer que la suelte. 

—Es un placer para mi ayudarte — se vuelve a mí y me guiña de una forma entre atractiva y divertida, con eso de inmediato suelto la maleta y trato de contener la risa. 

—Cuéntame en que parte de la ciudad vives — habla el joven que va a mi lado y con ello dejo mis tontos pensamientos a un lado.

—Pues no queda muy lejos de aquí — me encojo de hombros — vivo en las calles que están a espaldas de la iglesia, en la tercera cuadra.

—Me contaron que las viviendas de ahí son de personas muy adineradas — me mira asombrado — ¿eres de familia adinerada?

—Sí, mi padre era el heredero de una fortuna multimillonaria, con ello compró la mejor casa de ese vecindario y nos mantuvo por años.

—¿Tú también heredaste esa fortuna? — me mira intrigado.

—No, todo quedó en manos de mi tía — contestó con simpleza — dice que yo no soy digna de toda la fortuna de su familia y la verdad es que a mí nunca me ha interesado el dinero — suspiro tratando de no enfadarme hablando del tema — mientras tenga a mi hija a mi lado es más que suficiente.

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⏰ Última actualización: Apr 07, 2020 ⏰

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