26. Luz que Sana

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—Shh... ¿Ves? Estás bien ahora, vas a estar mucho mejor, no te asustes más.

Sonríe con la frente junta al Thunderbird. Al tomar una pequeña distancia este lo empuja de forma afectuosa, agita sus alas y lo toma con sus patas para abrazar al muchacho de catorce años. Vernon sonríe desde dónde está, cargando a un Escarabajo que no tiene una de sus patas delanteras.

—Y pensar que no dejaba a nadie acercarse ¿Cómo demonios lo haces? Te tengo envidia. —Bromea Dejando al pequeño animal en su cesta para que duerma. Jungkook besa el pico antes de empujarlo para que vuelva a su sitio. Fija su atención en las tantas plumas que faltan en sus alas, el muñón vendado por faltar una de ellas.

—No lo sé... Solo... Me agradan más que las personas. —Responde tomando una cubeta y lanzando comida en su interior. Toca alimentar a los Kelpies que llegaron en la mañana, rescatados de ser vendidos a un circo por contrabando.

—Comprendo lo que sientes—Jungkook no le dirige la mirada a pesar de que le provoca curiosidad y cierta alegría—. También me alegra que no te dejaras consumir por ello. Tienes una manada, un Omega... Asumiré que él conoce esta forma de ser tuya—Asiente—. Es bueno...

— ¿Q-que te pasó a ti?

—Me nuble demasiado, hasta el punto de perder demasiadas oportunidades... Una que se me restreiga en el rostro todos los días dicho sea de paso.

— ¿Qué que-quieres decir con...?

— ¡Veeeeeeeeeeeeernon! —Jungkook casi tropieza y cae al pozo en el que tienen a uno de los Kelpie—. Necesito que me des los huevos de Occamy de los que hablamos, creo que si podré hacer ese intercambio en el mercado negro... Aleja a ese bichito de mí, siempre me quieren jalar el cabello.

—Es tu culpa por tenerlo rubio. —Ríe de Jeonghan. El de larga melena toma la bolsa y se retira. Vernon estira el cuello para verlo hasta que desaparece del lugar tan enormemente expandido para dar cobijo a tantas criaturas mágicas.

— ¿Él? —pregunta encorvado y sin mirarlo.

—Nos conocimos estudiando. Me buscaba todo el tiempo, lo ignoraba y finalmente se cansó de buscarme. Creí que entre criaturas mágicas estaría bien, en eso me di cuenta de que es muy solitario de esa manera. Llenan un vacío, cierto, pero... Hay otro que simplemente permanece allí. —Acaricia el hocico de un unicornio sin su cuerno.

Jungkook queda mirando al infinito unos instantes. Realmente no sabe si pudo haber pasado, tal vez sí. Sabiendo que Jimin era ese diario, es muy probable que si él no hubiera insistido tanto no habría podido ni saludarlo finalmente. La idea lo hace imaginar este instante sin Jimin y...

Sería muy solitario.

Sin él no tendría manada tal vez.

No podría hablar con otras personas...

Le debe mucho de lo que sabe hoy día y... Agradece haberlo conocido, no dirá que es lo absolutamente lo mejor, aún es muy pronto, sin embargo, es indudable e irrefutable el hecho de que marcó una importante parte de su vida y personalidad actual. Un poco más segura, más atrevida y fuerte. Todo sin haber cambiado realmente, adaptado su actitud a la realidad.

— ¿No ha habido más nadie? —pregunta temeroso. Vernon fuerza una sonrisa y en obvia mentira niega con la cabeza. Jungkook mete la mano en el tanque con el Kelpie que gira en su pequeño espacio

Vernon muy pronto lo puso a cargo de las criaturas más peligrosas: Thunderbird, dragones; Kelpie, zouwu, hipogrifos, grifos. Jungkook tiene gran cómica con ellos, es sencillo para el menor empatizar y así conseguir la confianza. No al instante y haciéndose daño en el proceso, pero complacido de ayudar de la manera en que mejor le sale hacerlo.

Purple Raven || BOOK 4#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora