30. Interview with the Werewolf

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PRIMER ACTO | capítulo treinta

Entrevista con el Hombre Lobo 

Mi expresión llena de sorpresa no se hizo esperar. 

—¿Otra Quimera? —cuestioné cruzándome de brazos y ganándome la mirada de todos los presentes. —¿Quién es? ¿Alguien que conozcamos?

Scott me observó cauteloso.

—Nosotros no, pero al parecer Liam y tú sí. Es Hayden Romero. Según Liam es su compañera de clase.

Cuando escuché aquello, cerré mi boca y apreté mis labios tratando de reprimir el grito que quise lanzar en ese momento. No iba a sonar tan fuerte como el de una Banshee porque ciertamente no tenía ese tipo de poderes, pero estaba segura de que se aproximaría bastante. Me sentía frustrada y esa parecía la solución más viable. Pero cambié de parecer con gran rapidez, pues preferí hacerme la desentendida.

—Oh, claro, la conozco. —dije, poniéndome un mechón del cabello detrás de la oreja. Los ojos de todos aún seguían sobre mí, así que los miré un tanto molesta. —¿Y bueno, qué esperan? ¡Vayan a ver cómo está! Theo y yo nos quedamos para ver qué pasa con el cuerpo de Josh. Liam y Hayden los necesitan.

Con esas palabras, Scott me observó atento y asintió varias veces. Colocó su mano sobre mi hombro e hizo presión para después caminar fuera de la clínica. Stiles, por otro lado, cuando mi mejor amigo salió del establecimiento, se encaminó hacia mí con paso apresurado y me sostuvo los hombros mientras me miraba a los ojos tratando de percibir algo en ellos. Segundos después, me abrazó.

—Hagas lo que hagas... —me dijo en susurros cerca de mi oído para que nadie más que yo lo oyera. —No te duermas. Cuídate la espalda de Josh e incluso Theo. 

Y con un beso en la frente, se despidió de mí. Dejándome sola con el hombre lobo. 

En cuanto oí el Jeep de mi hermano salir del estacionamiento de la veterinaria, largué un suspiro pesado y me senté en el suelo. Tendría que quedarme allí con Theo hasta que el sol saliera y no tenía muchas ganas de hacerlo, pero debía mantener un ojo en el chico y, tal vez, conversar con él sobre lo sucedido noches atrás. No tenía fuerzas para hacerlo, pero era una necesidad. Ambos teníamos que aclarar nuestras intenciones.

Las mías estaban más que claras; eso no podía volver a repetirse. No obstante, por la mirada que me dio momentos atrás, las de Theo no estaban del todo definidas.

Apoyé mi cabeza contra la pared que se encontraba detrás de mi espalda, y observé mis alrededores. Puras paredes de ladrillos me rodeaban a excepción de los equipos veterinarios de Deaton. Quise divagar en mi mente, pero tenía tantas cosas en las cuales pensar, que preferí no hacerlo y, en cambio, decidí pensar en nada mientras observaba cómo Theo revisaba cosas en su celular.

—Josh ya está desprendiendo olor. —le comenté, tratando de sacar algo de conversación por primera vez.

Hasta ese momento, todas las veces en las que él y yo nos quedamos encerrados en un silencio profundo y casi irrompible, Theo decidía entablar una charla. Creí que sería mejor si cambiaba un poco la rutina y agitaba un poco las aguas, aunque en verdad la marea nunca estuvo de nuestro lado.

Vi que se removía en su lugar, aún de pie mientras alzaba sus cejas, pero aún seguía revisando cosas en su celular.

Fue mala idea haber dejado el mío en casa. 

✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐃𝐄𝐂𝐄𝐏𝐓𝐈𝐎𝐍, teen wolf²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora