[Pausada temporalmente]
"tu alma sera mía y me servirás a todo momento, no hay cambios yang jeongin, vivirás por mi y mataras por mi, si yo así lo deseo"
¿quien era ese chico?
-Hyunjin x Jeongin-
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un pelinegro de de ojos castaño rojizo y tez cálida, y de altura algo alta miraba a esos dos cuerpos tirados sobre el piso sucio de ese callejón.
la luz neón cubría cada rincón de ese lugar y le molestaba de algún modo.
miro el lugar, exhaló el aire frío para después dejarlo salir y mirar a esos dos cuerpos, posando sus manos en su cintura y haciendo una mueca de enfado.
soltó un suspiro mirando al hombre de ropas elegantes, se inclinó y toco la cabeza del hombre y negó rápidamente.
se hinco lentamente frente al cuerpo tieso y tiro del cabello de este levantándole la cara para verle e hizo una cara de asco al ver al hombre con la cara cubierta de sangre, lo soltó sin ningún pudor, haciendo que la cara chocara contra el pavimento fuertemente.
se levanto y con su pierna giro al hombre empujándole de un hombro.
se inclinó y toco el pecho del hombre, vagos recuerdos de el porque su muerte sucedió llegaron a la cabeza del joven de ojos rojizos.
drogas, estafas y prostitutas.
se alejo y solo un bufo.
¿Tenia que ser siempre lo mismo? llevaba almas al infierno para que muriesen en agonía y se quemaran en desesperación
todos aquellos que iban a su infierno era adictos, ¿acaso dios no podía mandarle a un asesino en serie?
maldita sea.
tomo rápidamente el alma del hombre, trono sus dedos y pronto aprecio como la viva imagen del hombre tirado en el piso.
el alma le miro con pánico
—Bienvenido. — Soltó el pelinegro con una voz neutra, el hombre le miro y abrió sus ojos asustado viendo como el chico frente a el comenzaba ha verse cubierto en grandes llamaradas de fuego y como sus ojos se volvían de un rojo mucho más intenso, parecido al de la sangre.
el pelinegro sonrió al sentir el pánico y el miedo de esa alma pecadora.
—lee sunjun seras brutalmente juzgado y llevado a la agonía para que tu alma muera en sufrimiento —
las llamas sobre el cuerpo de ese joven de ojos rojos aumentaron alumbrado el oscuro callejón, opacando la luz neón, la voz del chico creaba pánico y el temor era capas de sentirse bajar levante por la espina dorsal
— desenterrado del cielo y de la tierra, para caer en el infierno, llevado a la muerte en manos de la misma —
Sus ultimas palabras fueron aquellas y el alma del hombre fue lentamente rodeado de llamas haciendole gritar y rogar para que no le mandara ha aquel lugar.
el pelinegro sonrió cuando el arma se fue dando por ultimo un grito desgarrador, que hubiera hecho temblar a un simple mortal, pero a el no.
sus llamas se fueron y sus ojos dejaron de ser de un rojo intenso.
