I/¿?

19 2 0
                                    

¿Por qué no empezamos desde que mamá le contó a papá que vendría a sus vidas?

La conocida pero demonio llegó volando al santuario donde había citado a su esposo rey de los Uzumaki con alegría, cuando llegó, se lanzó a sus brazos y este la atrapó con una suave sonrisa.

–Cariño, ¿Que es lo que te trae tan emocionada? -Sonrio con cariño y acomodo un mechón de la contraria-.

Ella, tan hermosa aún habiendo volado a demasiado velocidad, sonrió sonrojada, deleitando al mayor.

–Te amo tanto lo sabes?

–Yo también amor

–¿Lo juras?

–Lo juro Cielo

–¿Y también lo amarás? -Divertida y entusiasta, tocó su vientre plano pero mandando una indirecta muy certera-.

–Claro que... ¿Eh? -Se dio cuenta de sus palabras, mirando donde ella se tocaba, quedando un leve shock-.

–¡Ta da! -Exclamo, emocionada y encantada por su reacción-.

–Mí amor... -Sorprendido, aún sin creerlo, así fue su reacción, hasta que por fin reaccionó, una sonrisa se ensanchó en su rostro y sin avisar la alzó por los aires tomándola de la cintura-. ¡Por Satán mi amor! -acunó con una de sus manos la suave mejilla de la contraria-. ¿Hablas en serio?

–¡Si! -Exclamó, feliz y ruborizada, para acto seguido ambos hundirse en un abrazo seguido de un beso-.

Nada era normal en mi vida, aunque pareciera asi, según tengo entendido en mi sangre los meses de gestación duran 10 meses.


-...-


–Es una niña, una fuerte bebé demonio mis señores -Comentó aquélla mujer de cabellos negros y tez pálida, después de verificar el vientre de la joven reina embarazada-.

Tenía su vientre más abultado, con sus cinco meses de gestación si bien se supone que debe descansar no le gustaba mucho estar acostada, no entiendo cómo puedo ser diferente a ella en eso.

–Gracias por decirme, Kyo, puedes irte -Dijo ella, aún con su carisma y rostro amable mirando a aquella jovén-.

–Sí, mi señora -Dando una leve reverencia se retiró de manera educada para seguir con sus deberes-.

–Recuérdame matar al maldito que se acerque a mi bebé -Comentó con una parte de su mejilla inflada, un puchero infantil hacía al imaginar la escena misma-.

–Kuro -Río, negando con suavidad su cabeza y tomo su mano-. Lo que tú digas mi vida.

–Gracias -Ya calmado, entrelazó sus dedos y con la mano libre que tenía, comenzó a acariciar su vientre enternecido-. ¿Cómo la llamaremos?.

–Creí que ya habíamos hablado sobre su nombre.

–¿Ah sí?.

–¿No lo recuerdas?.

–¿Qué? Pfff claro que si sé, ¿Cómo no recordaría ese momento? ¿Quién me crees?.

–Un muy mal mentiroso.

–... Ya pues no me acuerdo.

–Acordamos que se llamaría Ku-.

–¡Kushina! ¿Ves que no lo olvidé? ¡Ja ja ja!.

–Ay cielo -Negó suavemente con su cabeza, para después reír e ignorar a su marido indignado por su risa-.

:3

Historias De Un Rol Que No Tienen Nada Que Ver :DDonde viven las historias. Descúbrelo ahora