𖧷Capítulo único
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Estaba desesperado realmente.
No podía seguir conteniendo o escondiendo aquel tan hermoso y a la vez estresante sentimiento.
No es que no quisiera tener que cuidar sus acciones cerca de aquel individuo.
Es que simplemente no podía hacerlo.
Lo volvía de una forma loco aunque estando totalmente cuerdo.
Es como si su cerebro fallara y confundiera palabras o acciones.Y ya lo había decidido.
Esa tarde, a las 4:30, esa misma maldita tarde, se confesaría.Ya le daba igual si la gente lo veía mal, debido a que, bueno, aun que podría estarlo, ya que se trataba de su hermano gemelo, él lo amaba profundamente, lo creía la cosa más bella que vió en su vida, tanto físicamente como en personalidad o persona en general.
A veces lo hartaba, si.
Pero aun así, con todas las estupideces e incoherencias que a veces salían de su boca, de esos hermosos labios, que anhelaba probar alguna vez, le parecía que no podría haber alguien mejor que el.
En esa ocasión era perderlo o ganarlo todo, y Saga estaba perfectamente dispuesto a arriesgarse.
La ansiada tarde había llegado, el reloj marcaba las 4:30, ahora solo quedaba que el gemelo menor llegara, mientras el mayor acomodaba o ordenaba pequeñas cosas, para después sentarse en el sofá de aquella sala.
Por fin, dos toques en la puerta, y el sonido de esta abriéndose.
Kanon había llegado, se sentó frente al otro, y cruzó las piernas, con una ceja alzada, visiblemente intrigado.
Saga empezó a hablar.
—Kanon... yo...
—Ve al punto, hermano.—Me gustas, te amo, si no me correspondes lo entiendo perfectamente, solo que no aguantaba el no decir nada, siento como si necesitaras saberlo
—... Saga, sin bromas.
—No es ninguna broma, Kanon.
El menor analizó lo que estaba pasando, entre un estado de impresión y uno de duda.
—Dime como puedo probártelo, Kanon.
—... Ven y bésame, si no me amas, no lo harás por que se que no eres capaz de ir tan lejos con una broma de este tipo.
—Si eso quieres...
Saga se levantó de su asiento, mientras el otro permanecía extrañamente calmado.
El mayor se acercó al otro, y se inclinó hacia el, cada vez más, mientras las mejillas de ambos adquirirían una leve tonalidad carmesí.
Saga acarició la mejilla de Kanon, suavemente, apreciando lo tersa de su piel, mientras buscaba los labios del contrario con los suyos.
Kanon tenía los ojos ahora cerrados, mientras se dejaba llevar, y sin darse cuenta también buscaba un tanto desesperado los labios de su gemelo, entre cortos y suaves besos.
Hasta que ambos pares de labios se unieron demandantemente en un delicado y tierno beso, lleno de significado para ambos.
Suavemente el mayor comenzó a mover sus labios sobre los de Kanon, dando inicio a un beso más atrevido, sin dejar de ser cuidadoso, como con miedo.
Ambos habían estado esperando esto, se habían amado secretamente el uno al otro, con miedo, con temor, pero aún así apasionadamente.
Parecía como si se hubieran estado conteniendo por siglos, tal vez milenios, se necesitaban, querían amarse sin miedo, sin rencores, sin quien los detuviera.
Y ahora se lo estaban demostrando, todo lo que se habían estado guardando para si, estaba saliendo, en besos entrecortados, y otros más largos y bruscos.
Si, todo lo que necesitaban y les importaba en ese momento era ellos, solo ellos, les daba igual si alguien los estaba espiando o no, si los juzgarían o lo aceptarían, solo querían disfrutarse un poco.
Ahora Saga se encontraba sentado en el sillón con Kanon encima, recostado en su pecho, mientras este jugaba con las manos del mayor, cuyos brazos lo habían rodeado en un abrazo protector, mientras lo admiraba.
Había silencio, más no era incómodo, era agradable, se sentía un ambiente calmado y pacifico.
Kanon volteó su cara para poder besar de nuevo a Saga, disfrutando de sus labios y de aquel sabor tan suyo el cual apenas conocía, pero le encantaba.
No eran besos atrevidos, sino dulces, cariñosos, tiernos, llenos de significado, y con cada uno, con cada caricia, por más pequeña que fuera, con cada gesto por parte del otro, sentían su corazón latir, y su abdomen arder, un fuego calientito, abrazador, reconfortante, se sentían bien.
—Saga...
—¿Si, Kanon?
—Solo quería saber si... ¿aceptarías ser mi pareja?
—...
—Si no quieres lo comprendo.
—Si quiero, quiero estar contigo, no me importa lo que los demás digan o hagan. Te amo, Kanon
—También te amo, Saga.
El menor volvió a besar al mayor, correspondiendo este, ambos sintiendo mariposas revolotear en su estómago.
Estaban felices, por fin podrían demostrarle al otro cuanto se amaban, aun que siendo ambos sinceros, tendrían que recibir primero la aceptación de los demás si se querían quedar en el santuario, y si no, buscarían un hogar en algún otro lado.
Saga cariñosamente besó la mejilla de Kanon, para después con su mano, guiar el rostro del otro para poder besarlo, primero en la frente, y luego en los rosados y lindos labios.
—Eres lo más lindo que he visto en mi vida.
—Soy tu gemelo maldito idiota, somos iguales.
—¿Y? Tú me pareces mucho más bonito.
—Solo tú te entiendes, hermano.
—¿Querrás decir "amor"?
Kanon rio ante esto, aun que le pareció gracioso y algo estúpido, debió admitir que tenía razón, ahora eran algo más que solo hermanos.
4:30 fue la hora en la que Saga citó a Kanon.
4:30 fue la hora en la que muchas cosas cambiaron.
4:30 fue la hora de la cual a partir, podrían amarse.
4:30 fue una hora que sería recordada para siempre por los gemelos.
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4:30
RomanceEl shipp que se muestra a continuacion es Saga x Kanon, si no te gusta no se q verga haces aquí pero ok. Saga tiene sentimientos por Kanon. No sentimientos de hermanos, sentimientos más fuertes, interes romantico. Sentimientos difíciles, casi imposi...