Capítulo 26:El final de una aventura

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El padre de Laila nos llevó a ella y a mí entre sus brazos hacia el extremo del vertedero desde donde se podía ver toda la playa y el mar.Nos paramos y todos observamos silenciosos cómo las nubes en el cielo se dispersaban y cómo dejaban pasar la,por el momento,ténue luz del sol que asomaba ya por el lejano horizonte.El padre de Laila soltó a su hija y esta avanzó un poco más hacia delante con las manos agazapadas.La miré mientras avanzaba dandome pena pensando en todo lo que había pasado,debía estar agotada y quizás contenía aún el miedo y los nervios que había ido acumulando durante toda la semana.El padre se agachó hacia mí,puso su mano izquierda sobre mi hombro izquierdo y nos miramos a los ojos el uno al otro:

-Hijo,lo has hecho muy bien-me dijo con un tono amable-has demostrado ser capaz de hacer lo que te propones y has luchado hasta llegar a extremos muy serios para conseguir algo que de verdad amas y pese a todas las dificultades,miedos,preguntas,pensamientos,y a pesar de lo difícil de este mundo,lo has conseguido.Has salvado a mi hija de esos salvajes y debo decir que estoy muy impresionado.

Con gesto de agradecimiento y un tono sorprendido solté en voz alta:

-¡Gracias,señor!Su hija es la mejor cosa que me ha pasado en la vida,y claro,no iba a dejarla allí corriendo peligro,ni hablar-añadí con tono serio-pero ahora tendremos serios problemas con las autoridades-me preocupé pensando en que si mis familiares se enteraban de que había estado metido en este embrollo,estaba muerto.

-No te preocupes,ya me he encargado de eso.

No entendí que quiso decir con eso,pero me giré para volver a mirar a Laila.Esta también se giró después,y,mientras esta lloraba desconsoladamente,corrió hacia mí y ambos nos fundimos en un fuerte abrazo,mientras el sol ya empezaba a colocarse en el cielo anaranjado.Mientras esto ocurría,un grupo de coches de policía se colocó enfrente nuestra,y también una ambulancia,de la que salierón dos hombres vestidos de blanco con rayas de amarillo portando una camilla.Otro hombre que salió de la parte delantera de la ambulancia se aproximó al cuerpo sin vida del motorista en el charco y le cubrió con una especie de manta de papel especial de color dorado para cubrir cadáveres,y previamente los dos hombres que portaban la camilla se lo llevarón en ella hasta la ambulancia.Los agentes de policía empezaron a salir de sus coches y el padre de Laila les llamó:

-Ah,agentes.Aqui está la afectada.

-La atenderemos enseguida,señor.¡Un psicólogo,que venga aqui un psicólogo!Vamos,venga por aqui señorita.

Y,apoyando el brazo derecho en la espalda de Laila,el agente la acompañó hasta uno de los coches,abrió la puerta y sentó en la parte trasera a Laila.Después,salió un tipo vestido de azul con toques amarillos de la parte delantera de la ambulancia y fue hasta el lugar dónde ellos estaban,seguramente para atender las secuelas de Laila.Yo y su padre nos quedamos mirando la escena,sin decir nada.La luz del sol nos cubría ya completamente.Entonces decidí preguntar:

-¿Y ahora qué?

-¿Ahora qué de qué?-preguntó melancólico el padre de Laila.

-¿Que  qué pasara con ella,conmigo y con esa banda de neonazis?

-Bueno,pues supongo que Laila estará bien;de hecho lo está gracias a ti y volverá sana y salva a su casa.Su madre desde luego que no se enterará de todo lo que ha ocurrido.Respecto a ti,no sé,¿eres de Madrid,verdad?

-Si,concretamente de un pueblo llamado Griñón,vivo allí.

-Bueno,entonces supongo que regresarás también de una pieza a tu casa,con tus padres.Me imagino que no podrás quedarte,¿no?

-Supuestamente yo,mi tío y mi abuelo nos iremos hoy a mediodia.Cogeremos el AVE y nos iremos,no hay otra-dije entristecido pensando en que ya no volvería a ver a Laila y que ese abrazo que nos acababamos de dar ella y yo iba a ser el último.

Un viaje inesperado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora