Happily Forever | ORIAN V.S

• Happily Forever

~~~PDV de Ori~~~

Todo parecía un sueño. Bah, en realidad, era un sueño. Un sueño cumplido que se dio mucho más rápido de lo que yo esperaba.

Si imaginás que tu día especial va a ser único y vas a experimentar sensaciones únicas, preparate. Porque al decir "Sí, acepto" no tan solo salen lágrimas de tus ojos y euforia de tu corazón, si no que también todo tu cuerpo tiembla.

Lo cierto es que no sé si es la emoción, la exaltación o la satisfacción. Aunque también se lo podría llamar dicha, contento. O mejor, hagámosla más fácil; es amor. Al fin y al cabo "el amor es la base de todo" ¿no?

¿Sabían que el "amor" en realidad es una reacción química del cuerpo con determinadas personas o cosas? Dicen que la formula es C8H11N, y que hace que veamos a esa persona especial cómo una imágen de perfección, aunque no lo sea.

Él es perfecto para mí y yo soy perfecta para él. Supongo que ya saben el por qué.

Me pareció muy raro que Julián haya respondido sin tambalear. Yo sabía perfectamente que tenía sus dudas, y que le cuesta a veces decidirse. Pero me sorprendió, para bien, y lo confirmó con firmeza, cosa que yo logré después de unos segundos de pensarlo.

En fin, como dije antes; hay que llegar al momento para saber cómo vas a reaccionar y qué vas a sentir.

La gente continuaba aplaudiendo y yo sólo sonreía tomándome fuerte de la mano de él.

Alguien me tocó el hombro. Volteé. Era Caro.

~~~PDV de Julián~~~

Ella seguía dirigiéndole la mirada a la enana. Sonreía, sus labios se movían para decirle algo y al acto su lengua salía para mojar el contorno de su boca, que se adornaba con un color rojo sangre. El pelo recogido y con unos arreglos bonitos. Su piel tan fresca como siempre. Y sus ojos... Sus ojos pardos acompañaban perfectamente con el maquillaje natural que tenía. Nunca la había visto más hermosa que hoy. Nunca la había amado más que hoy.

Se dió la vuelta, y notó que mi mirada estaba clavada en la de ella. Se me acercó y posó sus manos en mis hombros.

--¿Qué pasa, lindo? -y sonrió, no evité reir-

--Nada, nada.

--¿Y por qué me mirás tanto? Si es que se puede saber, obvio.

--Porque estás hermosa, el vestido es... es una belleza. Y te queda perfecto -la sostuve de la cintura-

--Ah ¿sí?

--Sí, es que sos perfecta. No te podía quedar mal.

--¿Gracias? -dijo confundida-

--¿Te pasa algo?

--No. Bah... Sí. Todavía sigo medio sensible. Nada grave.

--Todos estamos sensibles -y miré a la suegrita, que estaba llorando desconsoladamente-

--Ay, es una exagerada.

--Vio a su nenita crecer ¿no? -le acomodé el pelo en la oreja-

--Sí, en ese punto la entiendo. Pero me juró que no iba a hacer escándalos. Y ahí está...

--Por suerte la tenés aquí -no debí haberlo dicho. Pero me salió-

--Huy. Lo siento mucho, mi amor -me abrazó- soy una boluda.

--No, vos no tenés la culpa de que ellos no estén.

--Pero te lo recordé. Perdón, osito.

--Igual los tenía en mi cabeza de todos modos.