Tenemos que despedirnos del 2019, pero eso no significa olvidar todas las aventuras, emociones, momentos y situaciones que compartimos juntos a lo largo de este año... Me pongo a pensar detenidamente, mi amor, y joder, creo que los dos podemos estar de acuerdo cuando digo que parece increíble y poco probable que un año entero haya pasado tan fugaz... Sólo es tan difícil de digerirlo en el pensamiento, pero al voltear atrás... Fue un gran año.
Un gran año, y el año más increíblemente caótico de TODA mi vida. ¿Puedo utilizar el adjetivo caótico para describir algo bueno? Porque hey, acabo de hacerlo. Vivimos un año increíble, maravilloso, y me siento tonta de tener que utilizar esas insulsas palabras para describirlo; después de vivirlo, es casi imposible y me consume el intentar buscar las palabras adecuadas para describirlo.
Escribir esto me pone nerviosa, expectante y asustada, todo al mismo tiempo: No se si la nostalgia me gane, o la felicidad me embriague mientras tecleo al recordar nuestro 2019. Será toda una recopilación de emociones que volveremos a descubrir y revivir juntos.
Enero de 2019... No puedo creer que llegué a este Año Nuevo junto a ti y un anillo en dedo, ¿puedes creerlo? Siempre recordaré esa noche con anhelo y cariño, podría decir que está entre mis noches favoritas. Inicié el año llamándote "prometido", pero eso no duró tanto ya que el 12 de Enero estaba caminando por un pasillo en medio de los Hampton's sólo para llegar al final... al pie de un altar para ver al hombre que amo vestido en un traje morado, sosteniendo mis manos, mientras utilizaba un vestido de encaje de Elie Saab. El momento exacto en el que di el "Sí acepto", cambió mi 2019 y mi vida por completo; en maneras que jamás llegué a dimensionar. Entonces con el año nuevo también llegaba un nuevo giro a mi vida, uno que acepté con mi corazón y alma entera. Me entregué a ti con todo mi amor verdadero y empecé a llamarte "esposo".
Este año me convertí en la Sra. Thompson y mierda, aún no puedo explicar lo maravillada y entusiasmada que me siento por ello. Cada vez que lo escucho, mi piel se eriza y una sonrisa gigantesca se cuela en mis labios: Este 2019 me convertí en tu esposa.
También a principio este año estábamos sentados en el baño de nuestra habitación en Nueva York. Era de noche y yo estaba sentada en el excusado, ocultando mi rostro entre mis manos, tú acariciabas mi espalda con gentileza y dabas besos en mi cabeza, olfateando mi cabello desordenado. Fue una escena horrible, y me dolía el alma, no podía dejar de llorar por la tonta prueba de embarazo negativa en mi regazo. Nos habíamos esforzado mucho por tener un bebé, ¿recuerdas? Yo estaba tan desesperada, tú no me dejaste sola ningún instante.
Pero todo ese llanto y tristeza se fue, inclusive, ¿uno... dos meses más tarde? Llegué con una prueba de embarazo para enseñarte... Positiva. Tenía tanto que me estuviera ilusionado y juntos probamos otra y otra y otra más... Estaba embarazada. Ambos lo deseábamos con todas nuestras fuerzas.
El 10 de Febrero cumplimos un año juntos, pero el 3 de Febrero recibí mi primer regalo de aniversario. Recuerdo que estabas en un viaje de negocios, me enviaste una foto en la mañana: ¡Llevabas la camiseta de los Patriotas que te había regalado! Literalmente grité en ese momento. Y bueno... Parece ser que alguien le dio buena suerte a mi equipo mediocre porque... ¡ganamos el Súper Bowl!
Este año nos mudamos a tu país, me sentía como una extraña, una extranjera intrusa en el momento que bajé del avión... Queríamos que nuestra bebé naciera en Londres y esa fue toda una locura... ¡mudarnos! Nuestra pequeña familia.
¿Sabes cuando dejé de sentirme como una extraña? Cuando te vi esperando por mi, tus brazos abiertos y un ramo de girasoles en mano. Corrí hasta ti y te besé como nunca antes lo había hecho. En ese mismo instante todo se sintió como mi hogar; estando entre tus brazos.
Este año también fue difícil para mi, no sólo por lo pesado que fue tener a nuestra preciosa y pequeña nugget en mi vientre, pero porque me despidieron del New York Times. Antes de mudarnos a Londres, había acordado con ellos que seguiría escribiendo y trabajando para el periódico... Y bueno, todo cambió cuando me dijeron que no podían tenerme trabajando con ellos por el hecho de que no tengo una carrera universitaria. Jamás me había sentido tan humillada y rebajada, y tú estuviste para mi, estuviste conmigo, me animaste a enviarlos al carajo, a estudiar si quería hacerlo y a trabajar por mi parte... ¡Entonces empecé a escribir mi propio libro!
