𝓔𝔁𝓽𝓻𝓪.

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Destinatario: Ciel Phantomhive.

Londres, 1 de enero de 1890.

Veo que duermes muy plácidamente, amor mío. Tan cómodo que desafiarías incluso al fin del mundo. Tus mejillas son, como siempre, un cálido reflejar de las patas de un gatito. Aunque de ser así, agradezco enormemente que no te hagan tener ataques de alergias y al contrario, agradezco a Lucifer por haber brindado tal obra de arte que es tu cara tan bonita y tranquila.

Escribo ésta carta para mí mismo. O bueno, a no ser, que viendo mis cosas lo encuentres y ya que el destinatario lleva tu nombre, quieras leerlo.
¿Creías que no me daba cuenta de que ves mis cosas para saber más acerca mío? No te confundas, no me enoja, me es agradable. Pienso que es estúpido puesto que somos pareja ahora y basta con que me preguntes, ya que te lo contaría todo sin dudar.

Pero... Simplemente me parece algo muy adorable el hecho de que busques medios para conocerme mejor.

¿Sabes? Han pasado ya algunos años desde que me enseñaste a sentir, desde que me mostraste lo fuerte que puede ser el amor y a la vez, lo destructivo que es.

No puedo dejar de pensar en ello, cada vez que tus manos suaves me tocan, esa parte arde hasta por horas. Siento mi falso corazón latir con una gran desesperación, incluso mis instintos más salvaje sólo me piden disfrutar de tu cuerpo.

Cada beso, cada abrazo...Amo cuando te recuestas por mí o cuando simplemente me diriges la palabra. Amo ver tu semblante estresado mientras revisas documentos y me pides ayuda.

Incluso cuando discutimos, simplemente no puedo dejar de enamorarme con cada dura palabra que me des.

Tu cuerpo desnudo es una bendición del cielo. Sé que siempre suelo decir que no tiene sentido, y de hecho es irónico que siendo un demonio lo diga. Pero, sólo Dios pudo haber creado algo como tú.

Alguien tan maravilloso al punto en el que la luz de la luna ilumina de forma cautelosa pero majestuosa cada fibra de su cabello, y que mantenga una piel tan suave y cálida. Alguien con un carácter tan fuerte pero un corazón tan sincero, valiente, y noble.

Podría pasar simplemente horas, y horas, mirándote. Aunque, de hecho, es lo que hago. Vigilo cada movimiento que haces porque simplemente eres arte ante mis ojos. Sonrío como idiota.

Amaría poder pasar el resto de mis días contigo. Adoraria con locura alargar esto lo más posible, y estar contigo hasta que fallezcas por una muerte natural.

Más sin embargo, sé que el contrato es así y que no lo vas a romper. Y es algo que respeto en su totalidad. Es algo que adoro de tu forma de pensar y de ser. Completamente leal a sus ideas y acuerdos.

Así que ten por seguro que voy a dar todo de mí por hacer que ésta relación sea lo máximo, mientras aún tenemos tiempo.

Te voy a proteger, te voy a dar placer, te voy a hacer sentir feliz y amado.

Me da gracia pensar que comencé por obligación y simple hambre, pero, me encanta la sola idea de pensar en que ahora estamos aquí, y que tú, me enseñaste a amar y a sentir.

De nuevo estoy en ésta habitación. De nuevo comparto una hermosa cama junto a tu adorable tú cansado, durmiendo.
De nuevo estoy entre estas cuatro paredes y éstos maravillosos muebles.

¿Qué tanto puedo decir? Éste demonio está enamorado.

Mi lealtad es eterna, mi amor es para siempre, incluso el día en el que ya no estés, voy a recordarte con amor y mucha alegría, ya que al final fuiste lo mejor que me pudo haber pasado en mi larga y aburrida existencia.

Gracias por ser quien me salvó del abismo.

Feliz año nuevo, joven amo.

Te amo.

Atte: Sebastian Michaelis.

❝Dentro de la habitación❞.-Sebaciel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora