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El timbre sonó y en seguida se puso de pie para ir a ver de quien se trataba. Apenas abrió la puerta un par de fuertes manos lo sujetaron de la cintura y unos labios hambrientos atraparon los suyos arrancándole un jadeo bajito. No dudo en corresponder pues ya sabía de sobra quien era.

Al separarse miró al moreno con una expresión de completa confusión más no quejándose por el beso que había recibido como saludo en lugar de cualquier palabra.

—No me dijiste que vendrías —Se hizo a un lado para dejarlo entrar y luego cerró la puerta.

—¿Llegó en mal momento? —Preguntó sin ofrecer alguna explicación para su repentina visita.

—No en realidad —Se acercó tomando a Kitty, su gatita, entre sus brazos para llevarla hasta su habitación.

Por alguna razón Kitty no soportaba a Namjoon y cada vez que estaba cerca suyo terminaba por arañarlo.

—Lo siento por no avisarte —Se sentó en el sofá y cuando el chico estuvo cerca palmeó sus piernas indicándole que se sentara en ellas. —Es solo que tuve un día estresante

—Y como siempre soy tu distracción de un mal día —Respondió el menor mientras se sentaba a horcajadas en el regazo de Namjoon, rodeando en el proceso su cuello con los brazos.

—En realidad si, pero es porque tú no me reclamas nada, me escuchas sin interrumpirme —Recargo su cabeza en el pecho ajeno —Si voy a mi casa ella seguro tendrá algo nuevo por lo cual quejarse y acabaré con un humor terrible

—Oh, cariño —Comenzó a acariciarle el cabello con tranquilidad, mirando la forma en que los rubios mechones se enredaban en sus dedos —No hablemos de tu esposa, es algo... incómodo.

Si, Namjoon estaba casado y por supuesto que Seokjin lo sabía desde que comenzaron a salir. Realmente al principio no eran más que encuentros sexuales pues la tensión entre los dos era palpable, sin embargo poco a poco habían comenzado a surgir sentimientos y ahora ambos estaban enamorados él uno del otro.

El problema es que la esposa de Namjoon recientemente le había hecho saber que estaban esperando un hijo y eso solo hizo que el moreno aplazara el momento de pedirle el divorcio.

Había que admitir que Jin comenzaba a impacientarse, anteriormente no le molestaba ese hecho, pero ahora mismo comenzaba a ser molesto tener que compartirlo con alguien más.

Pese a ello no podía reclamar pues como ya se había dicho, desde un principio el acepto los términos.

—¿Sabes que me haría quitarme toda esa tensión que cargo ahora mismo? —Inquirió el moreno  que poco a poco fue bajando sus manos hasta que ambas estuvieron en el trasero del peli-negro.

—Tengo algunas ideas en mente —se mordió el labio suavemente y acto seguido comenzó a besarle el cuello —Puedo usar mi boca... —Ahora se movía lentamente sobre el mayor, jadeando por los apretones que estaba recibiendo en el trasero —Puedo solo masturbarte o podrías joderme tan fuerte como te gusta

—Mmgh, eso último suene maravilloso —Suspiro cuando los dientes de Seokjin se enterraron en su cuello y luego succionó su piel, seguramente dejando una marca.

—Entonces hazlo, hazme gritar su nombre —Sonrió y se separó un poco solo para luego besar con frenesí los labios de Namjoon.

Sus labios se movían en sincronía y pronto sus lenguas se hicieron partícipes, acariciadose, lamiendo sus labios, chupando. Totalmente jadeantes y deseosos de más.

Seokjin movía sus caderas con un poco más de rapidez, frotando su trasero contra la entrepierna semidura del moreno, quien ahora mismo le estaba levantando el suéter para poder acariciar su costado.

Peach flavor lips. [OS Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora