Despedida de Soltera (1/2)
Caminaba en mi cuarto de un lado al otro, nerviosa y sin saber que ponerme, acompañaría a la despedida de soltera a quien creía mi mejor amiga, la cual se casará en dos meses con mi mejor amigo. Me siento una idiota, patética y no encuentro otra palabra más para describir como me siento en este momento.
Quien era mi mejor amiga decidió salir con mi mejor amigo hace un año con diez meses. Lo mantenían en secreto para luego soltar la bomba de que se casarían al cumplir dos años, hable con Paul sobre eso, estaba apresurando las cosas y tal vez no era lo correcto. Pero el amor venció a la envidia y me ignoró por completo durante dos semanas.
¿Si no sois mejores amigas, por qué te invita a su despedida de soltera?
Cree que somos mejores amigas aún, pero ella nunca supo lo que sentía por Paul aunque fuese notorio a ella parecía no importarle. Y no es que me empezó a gustar después, me gustaba desde que tenía catorce años antes de conocerla a ella. Me acuerdo de haberle dicho a los dieciséis que me gustaba y ella reírse en mi cara, y ahora que yo tenía veintiuno seguía sintiendo lo mismo.
Egoísta, no quieres que Julia sea feliz con él, pero sabes que ellos se aman y él a ti no.
En un impulso de celos y enojo mi puño impacto contra el gran espejo que se encontraba en mi cuarto. Gracias a mi suerte, no se incrustaron vidrios en mi puño pero sí sangre.
Los restos del vidrio estaban en el suelo, y yo estaba mirándolos sin saber que hacer.
Estas loca, y todo por un chico que jamás te vería de otra manera. Patética.
— ¡BASTA! — grite alterada y con las manos en mi cabeza, de repente me caí al suelo y empecé a llorar. Me sentía enojada, muy enojada y conmigo misma.
Enojo, tristeza, ansiedad y un vacío enorme en mi.
Me decidí por un vestido negro, de la cintura hacía por arriba de las rodillas suelto, ajustado y sin mangas con la parte trasera abierta. Escote corazón y un moño rodeando la cintura en la parte de atrás.
Tacones enteros con una cinta por arriba del pie, del mismo color y bajos. Mi peinado era suelto y ondulado, maquillaje no necesitaba ya que me sentía físicamente linda sin el maquillaje. Agarre mi cartera Gucci y me fui al infierno, a la jodida despedida de soltera.
— ¡Kelly! — gritó a lo lejos Julia mientras me saludaba con la mano. Forcé una sonrisa falsa e hice lo mismo que ella. Al llegar a ella la salude con un beso en la mejilla, y así hice con las cuatro de sus amigas.
— ¡Joder, que bien te ves! — halague falsamente, era una nueva faceta mía. Los celos y el enfado por no tener lo que quiero, me llevaban a ser así. Sonrió risueña y me abrazo, ablandando mi malicioso corazón, haciéndome sentir mal por ser así.
La abracé con fuerza intentando no hacer presión con la mano vendada y lastimada. Era un abrazo que me hacía sentir apenada de mi, y de lo falsa que era.
— La limusina vendrá en cinco minutos, iremos a jugar bolos, comer pizzas y luego a bailar. — dijo separándose de mí y mirando a todas con una sonrisa risueña.
Los cinco minutos pasaron al instante, me fui un poco distante mientras que ella hablaba con sus amigas de los preparativos y lo donde pensaban ir en la luna de miel. Escuchaba atenta e intentando no llorar, pero en medio del trayecto empecé a derramar lágrimas algo que notaron y enseguida tuve que activar mi faceta de falsa.
— ¿Qué pasa Kelly? — preguntó poniendo una de sus manos en mi hombro.
La mire y me limpie las lágrimas enseguida.
— Ya te vas a casar, y me pongo sentimental, demasiado. — conteste y ella me abrazo, soltaron comentarios para alegrarme y algunos chistosos, admito que me reí. — Te quiero, amiga... — sonrió y empezamos a hablar.
Deja de hablar, deja de contarme cosas sobre él y de como serán felices en dos meses, tendrán hijos y dormirán en la misma cama.
¿POR QUÉ NO FUI CAPAZ DE HABLAR ANTES?
— Oh, genial ¿Y a donde se irán en la luna de miel? — pregunte.
— Viajaremos por una semana a París, nos hospedaremos en un hotel privado que pagamos entre los dos. — sonrió alegre.
Sonreí.
— Eso es genial... — intente no hacer mala cara.
— ¡Vamos tira los bolos! — gritó Jen alentando a mi contrincante que era la mismísima Julia.
— ¡Oh vamos, saldrá peor! — contestó riendo y tiro, siguió en línea recta hasta tirar todos los bolos. Festejaron entre ellas, mientras a mí nadie me alentaba de mi grupo. Me enoje aún más, y sin darme cuenta sostuve la bola en mi mano herida, gruñí pero me aguante y tire la bola.
Lo hice con tanta fuerza que se fue a un costado y no derribé ninguno, recibí burlas del equipo contrario y murmullos malos de mi grupo. Fastidiada tome mi bolso y me encamine lo más rápido a salir del lugar y tomar aire, no sabía si irme o no, preguntarían o sospecharían de que estoy celosa. Y no me dejarían ver a Paul, jamás.
— ¡Kelly! ¿Qué sucedió? ¿Por qué te fuiste? — preguntó Katerine al verme volver.
— Nada, y no importa. — respondí cortante, me miraron todas y me empecé a sentir incómoda ya. — ¿Trajeron pizza? — pregunte desviando el tema.
— Julia fue a por ello. — respondió Jen.
Asentí y me senté en una silla, a lado de Jen y Katerine. Me miraban y se miraban entre ellas, me olvidaba decirles que ellas eran amigas mías de la infancia y que sabían la situación.
Jen se acercó a mi oído y murmuró:
— ¿Estas celosa? — preguntó divertida.
Rodee los ojos y la volví a mirar, haciendo una seña con la cabeza de que si. Lo estaba y demasiado, esta hizo una seña a Katerine.
— Tranquila, hablaremos más tarde cuando vayamos a tu casa... — dijo Katerine sonriendo, la mire confusa — haremos una pijamada, así charlamos. — solté un "oh" y acepte, no estaba nada mal hacer una pijamada para desahogarme.
Al instante llego Julia con una de sus amigas, traían dos pizzas, dos cervezas y una coca cola. Nos miro a todas y grito feliz, amante de la cerveza.
Todas charlaban y se olvidaban de mi, me dedicaba a comer pizza y tomar cerveza, estaba empezando a marearme de tomar cuatro vasos seguidos. Mi cabeza se tambaleaba de un lugar a otro, y todo me daba vueltas, mire a todas las que estaban a mi alrededor, y la que divise que estaba tan mal como yo fue Julia. Se reía por todo, y estaba roja en las mejillas, decía cosas incoherentes y se ponía emotiva.
— ¿Aún quieres ir a bailar? — sentí que le pregunto Katerine a Julia.
Esta rió.
— Estoy... casi ebria, dejare de tomar, así que iremos... yo... ¿por qué me voy a casar? — balbuceó mirando a Katerine y a el resto, luego me miro a mi y sonrió — ¡Ah! Por eso...
Sonrió al decirlo, su vista estaba centrada en mi y tanto que daba miedo.
ESTÁS LEYENDO
Infieles
RomanceKelly desde pequeña estaba enamorada de su mejor amigo pero por el miedo, nunca le dijo nada y las cosas cambiaron cuando años más tarde empieza a salir con la mejor amiga de Kelly. Enojo, celos y envidia se apoderaron de Kelly al igual que una ven...