Just Friends [Lee Jong Suk]

n u e v e

Debido al inicio de las vacaciones por las fiestas, An Na no tuvo que encontrarse con Jong Suk por los días que siguieron. A pesar de lo mucho que quería verlo y conversar honestamente sobre lo sucedido, el muchacho no le respondía los mensajes ni las llamadas, por lo que supuso que necesitaba de un tiempo alejados antes de encontrarse. Todas las noches se acostaba a dormir con el número de Jong Suk en la pantalla del teléfono, dudando sobre si debía volver a intentar hablarle o no, hasta que terminaba quedándose dormida. A veces incluso se sentaba frente a su laptop para mirar videos viejos de ellos cuando eran niños, los cuales su madre le había ayudado a cargar en un cd tiempo atrás para una sorpresa de cumpleaños. Se quedaba riendo sola por los recuerdos, con los ojos húmedos por las lágrimas y la cabeza trabajando sin parar, intentando buscar una solución. Nunca había estado tanto tiempo sin hablar con Jong Suk, ellos no tenían peleas que durasen más de tres días. ¿Por qué sentía que estaban más alejados a cuando él viajó a Estados Unidos? ¿Por qué estaba tan asustada? Ni siquiera podía distraerse con las prácticas de ballet porque les habían concedido un descanso durante las festividades.

En la primera nevada, el día antes de Navidad, An Na recibió una llamada de parte de la profesora Kim en la cual le decía que uno de los directores que fueron a ver la obra habían decidido contratar a tres bailarinas de la función y ella era una. Incapaz de creer lo que escuchaba, la muchacha se dejó caer de rodillas y pegó la frente al suelo, como si su maestra pudiese verla, y le agradeció una y otra vez por la oportunidad. Por lo que duró el resto de la conversación, la mujer le explicó que debía presentarse en el Teatro de Ballet de Seúl, una de las compañías más famosas en Corea del Sur, que se encontraba en Gwacheon. Sería un largo viaje en autobús para ir a trabajar todos los días, pero estaba segura que podría soportarlo, en especial con el sueldo que ganaría.

Apenas cortó con la llamada, An Na buscó un abrigo para salir y llamó a la puerta de Jong Suk, con la esperanza de poder contarle la gran noticia. Golpeó y tocó el timbre por varios minutos, pero no hubo respuesta, así que decidió usar el código de acceso para entrar por su cuenta. No está en casa, reconoció al dar una vuelta por el pequeño apartamento. ¿Dónde podría estar? De repente, un objeto sobre la mesa llamó su atención. Jong Suk había dejado su teléfono. ¿Habría ido de viaje? ¿O estaría visitando a sus padres por las fiestas? No pudo evitar sentirse dolida. Ella todavía no había arreglado con su madre lo que harían para Navidad, pero planeó ir a verla al día siguiente.

Seo In Guk la llamó ese mismo día y le pidió que se encontrasen temprano por la mañana en una cafetería cerca de su vecindario para poder hablar.

Al día siguiente, An Na se vistió con unos vaqueros azules, una blusa blanca y, encima, una chaqueta abrigada. Se calzó unas botas antes de salir y, escondiendo su cabello suelto bajo la capucha, emprendió camino al punto de encuentro. Como In Guk aún no llegaba, se pidió un café latte en la caja y se sentó en una de las mesas junto a la ventana. Se quedó allí esperando, tratando de distraer su mente con las parejas que pasaban caminando bajo la nieve en el exterior, hasta que reconoció la figura del abogado acercándose. Al reconocerla a través de la ventana, levantó una mano enguantada y la saludó con una brillante sonrisa. Su corazón dio un salto al verlo. Su rostro todavía tenía rastros de hematomas y un corte en la ceja que debían de ser de su pelea con Jong Suk. ¿Cómo se encontraría él? ¿Estaría en peor estado? Lo veré en la noche, con suerte. Admiró la figura masculina de In Guk entrando por la puerta, se acercó rápidamente a la barra a ordenar una café y, una vez lo tuvo en las manos, se encaminó hacia ella. En esos cortos segundos, el teléfono de An Na repiqueteó en su bolsillo. Era un mensaje de su madre.

"¿Dónde estás, Anna? Estoy esperándote para ir al cementerio.

¿Olvidaste su aniversario?"