La humildad es un valor muy importante que toda persona debería tener, pues un señor muy sabio dijo una vez: “todos somos ignorantes, pero no todos ignoramos las mismas cosas”, por eso, las personas no deberían sentirse superiores a otras por saber algunas cosas.
Esta historia comienza en una ciudad. Allí había una escuela muy grande llena de niños alegres y flores, donde las maestras enseñaban con amor y paciencia las cosas básicas de la vida. En uno de los salones había un niño muy especial llamado Andy que amaba leer y sentía mucha curiosidad por el mundo que le rodeaba.Pero Andy tenía un terrible defecto, se burlaba de sus amigos porque no sabían tantas cosas como él, incluso a veces corregía a la profesora porque no explicaba las cosas tal como él las había leído, y esto con el tiempo ocasionó que sus compañeros no quisieran jugar más con él. Andy no entendía porque tomaban aquella actitud si el sólo estaba ayudándolos y no se daba cuenta de que los hería con su manera de decir las cosas.
Un día Andy se acercó a jugar con sus compañeros y ellos dejaron de jugar y se fueron. La profesora, preocupada con aquella actitud, habló con ellos en la siguiente clase:Hace rato vi que excluyeron a Andy en el recreo, niños. Y cuando él se acercó para unírseles, dejaron de jugar. ¿Por qué están tomando esa actitud?
Todos se quedaron en silencio sin saber qué decir, hasta que un niño tímidamente se puso de pie y habló por todos:
Andy es malo con nosotros porque no sabemos tantas cosas como él, nos dice de mala manera que así no son las cosas y no deja que nosotros mismos aprendamos, por eso no queremos jugar con él.
Andy –Dijo la profesora- ¿Eso es cierto?
Sí profesora –Dijo Andy.
¿Por qué lo haces? – Preguntó la maestra mirándolo.
Porque quiero que mis amigos también sepan las cosas que yo sé –Contestó bajando la cabeza tristemente.
Pero no es la manera adecuada de hacerlo, Andy, debes ser más tolerante con las demás personas y comprender que tienen otros intereses y saben cosas distintas. Yo estoy orgullosa de que seas un niño tan activo, pero debes evitar comportarte como un sabelotodo, ya que a tus compañeros eso les hace sentir muy mal.
Andy comprendió las palabras de su profesora, y se dio cuenta de que por ser arrogante había herido sin querer a sus amigos. Entonces, se puso en pie y se disculpó por su actitud.
Lo siento mucho por haber actuado de esta manera- Dijo Andy mirando a sus compañeros.
Yo siento haberte dejado jugando sólo Andy- Dijo una linda niña que tenía un lazo rosa en el cabello.
Y todos se pusieron de pie y se disculparon con Andy. Luego se abrazaron contentos. Andy había aprendido que debía ser humilde y tolerante. Y sobre todo aprendió que, hablando, se solucionaban los grandes problemas.