Cierto día, mientras el Sr. Moon se alistaba como de costumbre para dirigirse hacia su trabajo, al salir de casa, empezó a notar cosas que para èl eran extrañas, un gato que no le quitaba la mirada de encima, personas vestidas con capas, que parecìan hablar de èl, lo cual el Sr. Moon no soportaba, pero a pesar de ello, decidiò ignorar todo en lo que se habìa encontrado camino hacia su trabajo y concentrarse en lo que debìa hacer en su oficina, sin saber que, mientras èl estaba encerrado en su trabajo haciendo las cosas de su rutina diaria, en la ciudad seguìan ocurriendo esas cosas tan inusuales como lechuzas volando durante el dìa. Y asì fue como èl terminò su dìa ignorando todo hasta regresar a Privet Drive, donde volviò a encontrarse aquel gato negro y misterioso, que lo puso a pensar en decirle a su esposa todo lo que habìa visto durante el dìa, aunque realmente lo que lo hizo finalmente hablar con ella fueron las noticias que confirmaron todo aquello extraño que habìa ocurrido y lo que habìa escuchado decir a unos extraños de capa sobre los Cabello.
El Sr. Moon finalmente le preguntò a su esposa si estaba enterada de què habìa sido de su hermana y su familia, a lo que la Sra. respondiò muy cortante que no, sin embargo esto siguiò dejando intranquilo al Sr, que ni dormir pudo durante toda la noche, y asì finalizaron el dìa sin imaginarse todo aquello que estaba por venirse.
El gato seguìa ahì inmovil hasta que por fin apareciò un hombre como ningùn otro se habìa visto en Privet Drive, con aspecto diferente, anciano, alto que llevaba una tùnica color pùrpura, su apariciòn no fue nada normal, este hombre era sin duda, Albus Dumbledore, y aquel gato de aspecto misterioso que habìa permanecido inmovil durante tanto tiempo, no era ni màs ni menos que la Profesora McGonagall a quien Dumbledore se alegraba de verla.-Despues de un rato comenzaron a charlar sobre todo lo ocurrido y aquel escandalo que habìa y que corrìa por toda la ciudad, sobre lo que habìa ocurrido con la familia Cabello y el que no se podìa nombrar "Voldemort" aunque realmente Dumbledore era el ùnico que no tenìa ningùn problema en llamarlo por su nombre, ya que era el ùnico que tenìa mejores poderes y al ùnico a quien Voldemort le temìa.
Dumbledore habìa encargado a Hagrid, un gigantesco hombre pero de su entera confianza, ir a rescatar a Camila de su hogar, para llevarla a casa de los Moon quienes eran sus tìos, y la ùnica familia que a Camila Cabello le quedaba.
Y asì fue Hagrid, con mucho cuidado recogiò a Camila de su casa antes que los Muggles llegaran al lugar de los hechos, descendiò en el cielo del 4 de Privet Drive desde la moto que Sirius Black le habìa prestado para ir a entregar a Dumbledore a la niña.
Aunque a la Profesora McGonagall no le parecìa correcta la acciòn que Dumbledore harìa de entregar a Camila con su familia de tìos muggles, no le quedaba de otra màs que resignarse tristemente al igual que Hagrid.
Dumbledore habìa decidido dejar a Camila en la puerta de la casa de los Moon, junto con una carta en la cual explicaba los hechos, todo lo sucedido con Sinue y Alejandro, mientras que Camila no sabìa todo lo que estaba sucediendo con ella.
Era ya una niña famosa incluso sin saber hablar y andar, y mucho menos se imaginaba la vida que le esperaba junto a sus tìos muggles pero sobre todo con su insoportable primo Duddley, Camila era solo una bebè en ese instante, que segùn la profesora, crecerìa sin tener idea de todo lo que realmente era y a lo que realmente estaba destinado y sin saber que era ya conocida como Camila Cabello "la niña que viviò".
Realizado ya su objetivo durante aquella noche tan especial, Dumbledore, la profesora McGonagall y Hagrid emprendieron cada uno su camino, mientras que los Dursley dormìan y no se imaginaban con lo que se enfrentarìan al amanecer.