Capitulo 3

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-Vaya, miren quien está feliz- Agrego Olivia mientras se acercaba a la camilla.

-Me alegro que estés bien Allen, aunque me sigo sintiendo culpable por actuar de esa manera tan vulgar.-Dijo Flavio comenzando a rascar su nuca y desviando su mirada hacia el suelo.

-¡Ja! A qué viene eso Flavio, sabes que siempre seré así con todos ustedes, son mis mejores amigos desde hace 6 años y no permitiré que les hagan daño.

Todos al escuchar mis palabras conmemorativas Flavio solo sonrió mientras que Olivia soltó la carcajada y Lily soltó el llanto. Yo seguí la corriente de Olivia, comencé a reírme. Tratando de que Lily igual riera.

-Vaya...Jamás dejare de decir que me sorprendes cada día más, creo que de todos nosotros, tu eres el más tierno y más risueño a aparte de Lily claro está.- Agrego Olivia mientras alborotaba mi cabello.- Vez, así deberías ser tu.- Se dirigió a Flavio con un tono burlón.

-Y tu deberías ser como Lily, tierna, risueña y no deberías ser grosera.- dijo mientras le daba una pequeña palmadita en la espalda a Olivia. Yo solo observaba como peleaban mientras que Lily trataba de calmarlos pero al parecer solo le echaba más leña a la lumbre.

Al poco rato, había llegado una enfermera a checar mis heridas y limpiarlas. Mientras que yo estaba a dentro, los chicos fueron a comprarse algo de comer, han estado aquí desde que yo llegue al hospital. Mire la ventana observando como el aire hacía de las suyas moviendo los árboles, haciendo que se escucharan pequeños sonidos mezclándose con el grito de los niños y el canto de los pájaros. Le pedí a la enfermera que si podría abrir la ventana, quería sentir esa sensación del aire, soplando mientras chocaba con mi cuerpo, quería respirar al fin aire fresco. Al acabar de limpiar mis heridas, me abrió la ventana y si, cerré mis ojos sintiendo la brisa del viento mientras inhalaba y exhalaba tranquilamente al compás del sonido de los árboles.

Al poco rato Lily, Olivia y Flavio llegaron, dándome la noticia de que por fin me darían de alta mañana, lo cual eso me alegro mucho. Callo la tarde y ellos se habían ido a descansar más tranquilos lo cual a mí me alegraba puesto que al fin podrían dormir tranquilamente sin estar pensando en cómo estaré.

A la mañana siguiente mi madre y mi padrastro fueron por mí para al fin darme de alta y estar en casa sintiendo mi cómoda cama y oler lo que mi madre hace de comer. Salimos del hospital pero antes mi madre me compro algo para no tener el estómago vació. Entramos al auto para ir camino a casa. Yo solo observaba a mis padres hablando acerca de su trabajo, de cómo les había ido a ambos, mientras yo solo baje el parabrisas recargándome en el asiento.

-Y bien hijo mío, ¿Qué fue lo que paso?- Agrego mi madre mientras me miraba por el espejo que tenía a lado de ella.

-Defendí a Flavio antes de que fuera golpeado por su primo.- Me acosté ocupando los asientos de atrás.

-¿Te refieres a David Steven?- Dijo mi padre mientras conducía. Al parecer a mi madre no le sorprendió la cual solo soltó un pequeño suspiro. Sin más decir del tema, mi madre saco otro tema de su trabajo, la cual no le tome importancia cerrando mis ojos quedándome dormido.

Desperté cuando mi madre comenzó a moverme de un lado a otro, la cual se enojó puesto que dormí incorrectamente sabiendo que tenía que estar cuidando mi cuello, a pesar de que mi madre es súper sobreprotectora, no entendía él porque estaba involucrado mi cuello. Llegamos y al entrar a la casa lo primero que hice fue ir a mi cuarto, parecía como si en esa habitación jamás hubiera estado alguien si solo estuve ausente un día con seis horas. Entre y me dirigí a mi cama sintiendo al fin la comodidad que extrañaba, cogí el móvil y tenía sesenta mensajes en total de los chicos preguntando en cómo me siento al estar de nuevo a casa o que si llegue bien y cuando entraría de nuevo a clases. Sin dudarlo, comencé a contestar sus mensajes contándoles de que al fin estaba en casa y que ahora ya estoy mejor estando en mi hogar aunque aún no listo de entrar de nuevo a la escuela.

Lo único que no me agradaba era saber que tendría que ir a la escuela de nuevo y sabiendo que tendría demasiados apuntes y trabajos de un simple día de ausencia. Recordé que el día de ayer se había presentado el proyecto de Física que tenía con Flavio, me sentía un poco mal de tan solo saber que le deje hacer mi parte que tocaba.

Comenzaba a pedir los apuntes con algunos compañeros que tenía agregado, todo estaba perfecto pero, me faltaba solo una materia...Ingles. Me daba un poco de vergüenza pedirle a la mismas personas que tenía en clase de inglés los apuntes, sentía que los estaría interrumpiendo en alguna actividad. Por tanto, comencé a hacer la de las otras materias que ya tenía, tome el móvil y puse un poco de música la cual era mejor ya que sentía que con algo de ruido relajante podría apurarme más rápido y acabar pronto. Tome el móvil para ver la hora pues mi estómago comenzaba a gruñirme y eso hacía que me desconcentrara un poco, al ver la hora quede sorprendido, faltaban veinte minutos para las siete. Sin pensarlo baje por algo de refrigerio a la cocina para así quedar satisfecho; mi madre estaba viendo televisión junto con mi padrastro mientras hablaban de algo que no me importaba de que se trataba, estaba más concentrado en el hambre que en lo que pasaba a su alrededor de ellos. Antes de abrir el refrigerador, vi que en una charola había sándwich y quesadillas, la cual tome dos de cada una, comencé a buscar algo de tomar la cual no dude en abrir el refrigerador e ir en busca de agua, por suerte mi madre había hecho agua de limón, mi favorita.

Me dirigí de nuevo a mi cuarto al tener todo listo para calmar el hambre y seguir con los apuntes, por suerte solo me faltaban dos notas más y acababa, aun que seguía preocupado por la materia de inglés. Sin meterme en más rodeos seguí con lo demás.

Al acabar al fin, pare la música y me levante estirándome sintiéndome muy relajado, vi la hora y eran las nueve en punto. Tome los trastes que había utilizado para mi alimentación mientras trabajaba y baje a la cocina a lavarlos. Al acabar volví a subir y comencé a como dar todo para mañana, mi ropa que llevare, mis materiales y demás. Me puse mi pijama y me metí a mi cama con todo y móvil. Saque mis brazos e inicie la plática con los muchachos, compartían memes y audios graciosos, para mí fue lo máximo esa noche aun que al terminar la conversación me llego un mensaje la cual no le tome importancia y me fui a dormir. 

El popular y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora