Como cualquier otra noche la pequeña Alba Reche terminó de lavar sus dientes para ir a decirle buenas noches a sus padres y a su hermanita. Secó su rostro y sus manos con la casi diminuta toalla rosada de unicornios que su tía le había regalado un par de semanas atrás por su cumpleaños, se bajó del banquillo de madera que su padre le había fabricado para que alcanzase el lavamanos y pudiera mirarse en el espejo, apagó la luz y bajó las escaleras con cuidado tal y como su madre le había enseñado. Estaba cansada y se moría de ganas por irse a la cama porque mañana volvería al cole y podría jugar con sus amigas, y contarles sobre qué había hecho en las vacaciones de las festividades.Llegó al salón donde encontró a su padre terminando de ver el reporte del clima para el resto de la semana con Marina, su hermana, en brazos mientras intentaba que la pequeña niña de poco más de dos años conciliase el sueño. Sus curiosos ojos miel buscaron a su madre para poder pedirle que le fuese a leer un cuento, pero como no la vió y escuchó movimiento de platos en la cocina asumió que estaba ocupada, por lo que se acercó primero al resto de su familia para desearles buenas noches.
Su padre la recibió con una sonrisa cuando se lanzó a sus brazos y besó su frente repetidas veces, hasta que ella comenzó a quejarse de las cosquillas que le provocaba su barba de varios días al rascarle la piel.
"Buenas noches mi princesa." Le dijo Miguel Ángel dejando un último beso sobre su rubio cabello. "Descansa, que mañana vuelves al cole."
Alba asintió con una sonrisa cansada, y luego de soltar un pequeño bostezo, se acercó a abrazar a su hermanita.
"Buenas noches Mini." Le dijo mientras rodeaba sus brazos al rededor de Marina, quien le sonrió con más energía que la que tenía ella.
Su madre, la Rafi, apareció y abrió sus brazos delante de ella, provocando que Alba se levantase del sofá y se abalanzase a abrazarse a su madre para que la cargase escaleras arriba hasta su habitación.
Le leyó su libro favorito, el de los aristogatos, prometiéndole que mañana podría ver la película de nuevo con su hermana después de almorzar. Alba sonrió con sus ojos cerrados y se despidió de su madre, y cayó rendida a penas le apagaron la luz de su habitación.
Despertó con las manos de su padre acariciando su suave cabello y luego de que le dejase un beso en el moflete despidiéndose porque tenía que marcharse al trabajo, se levantó y abrió la cortina para poder ver a su padre subirse a su coche. Miguel Ángel, como todas las mañanas, le lanzó un último beso y se despidió de su hija mayor con un gesto de su mano, y Alba lo observó hasta que el auto se perdió de su vista.
"¡Buenos días mami!" Saludó a su madre cuando llegó a la cocina, donde su desayuno ya le esperaba casi listo.
Marina estaba sentada en su sillita a su lado comiendo cereales mientras la Rafi preparaba las tostadas. Alba ya se había vestido para que la llevasen al colegio, por lo que procuró no mancharse el jersey de Marie que le habían traído los reyes mientras comía su desayuno. No podía esperar más para mostrárselo a sus amigas a penas se viesen.
"Alba, coge tu mochila que ya nos vamos." Le avisó su madre mientras ella terminaba de beber su leche con cola cao. "¿Te lavaste los dientes?" Le preguntó la Rafi mientras ajustaba los cinturones del carrito en Marina, para que no fuese a caerse con el movimiento.
"¡Voy!" Corrió escaleras arriba y se cepilló los dientes tan rápido como pudo, se peinó con su peine rosado y bajó donde ya la esperaba su madre, al lado de la puerta principal de su casa en un vecindario en las afueras de Madrid.
Para su suerte el colegio le quedaba a unos 15 minutos, por lo que siempre y cuando el clima se los permitía, se iban caminando. Alba adoraba esos momentos en los que su madre y su hermana la iban a dejar y posteriormente a buscarla, siendo los paseos de vuelta a casa sus favoritos porque solían quedarse unos minutos en el parque que estaba de camino para que gastase un poco de energía en los juegos, o para descansar sentada en el césped mirando las nubes y los pájaros.
ESTÁS LEYENDO
Remember everything will be alright || (Albalia)
FanfictionNatalia Lacunza nació y creció llamándose erróneamente Mikel, como su padre, hasta los 9 años. Cuando comenzó a darse cuenta que no era igual que el resto de los niños de su edad, y poco a poco, que tampoco se sentía como uno. Alba Reche, su mejor a...