Mi día había empezado con una cotidianidad increíble. Lo de siempre; y, sin embargo, podía oler que sería un día más que común entre la monotonía en la que se sumergía mi vida. Sinceramente, entré en un punto donde mi vida parecía un eterno bucle. Pero todo cambió en esa clase. Y con una mirada.
Nos encontrábamos practicando la coreografía que el profesor Choi había diseñado exclusivamente para nosotros, pero el trabajo se encontraba a medias; por lo que en el resultado final teníamos que incluir nuestras propias ideas para hacerla lucir como un trabajo pulido hecho por un profesional, tal como él lo es.
– ¡Tranquilos chicos! Sé que es difícil, pero no estarán solos, he traído una persona especial que los ayudará. Pase adelante profesor Doyoung. – Exclamó con un tono de entusiasmo el profesor Choi.
Al término de su frase, entró por la puerta de la sala de ensayo entró la persona más destellante que posiblemente haya visto en mi vida. Se trataba de un joven bastante alto, calculaba que debía rozar casi los uno ochenta de altitud, su piel era pálida, y su cabello era de un tono entre lila y morado. Tenía una gargantilla con líneas amarillas y azules que se ajustaban a su delgado cuello con delicadeza y lo hacían lucir majestuoso. Vestía un crop top negro y en las mangas tenía patrones de cuadritos en blanco y negro, que lo hacían ver deportivo. En la parte de abajo vestía unos jeans negros ajustados, que se encontraban rasgados con varios cortes imprecisos, dejando ver a su vez las medias de red de tamaño mediano. Y para completar, unas Vans de color negro que le daban ese toque casual a su outfit.
– Buenos días chicxs, mi nombre es Doyoung y estaré con ustedes algunas clases para ayudarles en lo que me sea posible. ¡No duden en acudir a mí si necesitan algo! – Mencionó, mientras nos daba un vistazo rápido a todos, analizando el entorno. Nuestros orbes colisionaron, y continuó su presentación. – Lo que sea. – Terminó de agregar mientras seguía mirándome fijamente.
Mi corazón estaba acelerado. No entendí si era por lo ocurrido, o simplemente la presencia de Doyoung ocasionaba nervios en mí. Creo que era parte del ambiente, porque todos andaban cuchicheando por aquí y por allá cosas sobre la persona que teníamos al frente.
– ¿TIENE PAREJA? – Gritaron varias voces valientes al unísono, tanto chicas como chicos andaban ansiosos esperando las palabras que saldrían de su boca. Una tensión se anexó a mi espalda también, no entendía el porqué.
– Preguntas referentes únicamente al trabajo por favor. – Habló firmemente, luego soltó una risita divertida – La verdad es que no, estoy soltero. – Finalizó haciendo un puchero bastante tierno, mis piernas andaban sacudiéndose, así como lo hacían mis sentidos. Muchos más soltaron un grito al cielo de la alegría
¿Y CUÁL ES SU ORIENTACIÓN SEXUAL? – Se entrometió esta vez Minkyung, una de mis compañeras de clase. Ella es guapa y popular, y se veía bastante interesada en Doyoung. Eso me hizo sentir inseguro, por suerte el otro profesor, que aún se encontraba presente y era brutalmente ignorado por todos nosotros, llegó para interferir.
– ¡Suficiente! La persona acá les ofreció ayuda, no es su ligue; y aunque joven, también es un profesor al igual que yo, merece respeto y trátenlo como merece. – Nos reprendió el profesor Choi. Todos asentimos apenados. – Sin más preámbulos, la clase es suya profesor, espero grandes cosas de este proyecto. ¡Mucha suerte a todos! – Se despidió.
Luego de eso la clase transcurrió con normalidad, uno que otro estudiante que se acercaba con mucha confianza al profesor Doyoung poniéndolo en una situación algo incómoda, pero nada que cruzara los límites, él mismo se encargaba de colocarlos en su lugar. La sala de ensayos se fue vaciando poco a poco, dejándonos a solas a él y yo. Me tensé cuando nuestras miradas cruzaron nuevamente, el aura que él cargaba a su alrededor era muy dominante y era capaz de dejarme sin palabras.
– ¿Así que tú eres Jaehyun? – Su voz hacía eco en las paredes de la habitación ahora sin más presencias además de la suya y a propia. – Te he observado durante la clase, bailas muy bien.
– M-muchísimas gracias, profesor – Dije enredándome con mi propia lengua mientras metía mis manos en los bolsillos de mi pantalón. ¿Qué tan patético puede ser esto?
– No tienes que estar tan tenso, no es como si fuera a atacarte. – Sonrío con sus labios abultaditos formando un pequeño semblante agradable. – Aunque si me miras tan descaradamente como lo hiciste durante toda la clase puede que en un parpadeo tus labios conozcan los míos y deba tripular encima de tu pierna con tus manos sujetando mi cintura – Volvió a sonreír, pero esta vez peligrosamente. Mi corazón latía a mil, pero mi actitud sorpresivamente se tornó a todo lo contrario a mi caos interno cuando lo acorralé contra el espejo y mis dedos levantaron su mentón para hacerle mirarme fijamente.
– ¿Y qué nos lo impide? – Pregunté desafiante.
Él sólo sonrió, y mordisqueó mi cuello pasando su lengua, y yo me estremecía cuando sentía la calidez de ésta y el sendero húmedo que dejaba a su recorrido. Fue subiendo un camino de besos hasta llegar a mis mejillas y rápidamente se posicionó en mi oído, mordisqueándolo y lamiendo mi lóbulo. Se sentía bien como el infierno, y mis instintos comenzaron a despertar.
– Sé que lo deseas tanto como yo, pero en estos momentos debo atender otros asuntos. – Dio un último beso en mis labios, y mordisqueando juguetonamente la carne de mi lóbulo, se liberó de mi agarre y llegó rápidamente a la puerta. – Sin embargo, prometo que te compensaré por esto.
Y salió de la habitación. Me deslicé lentamente hasta quedar en el suelo, andaba a mil. Pero sólo podía quedarme abobado pensando en la curva de su cintura y en lo jugosas que se veían esas piernas acompañadas de ese trasero respingón. Lo deseaba. Y no podía esperar a tenerlo para mí nuevamente.
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Hip | JaeDo
Короткий рассказDonde Jaehyun piensa que la expresión HIP fue inventada únicamente para Doyoung.