Gracias al baloncesto

PRÓLOGO

     —VICTORIA EVA MARIA HUDSON FERRER, AL FINAL PERDERÁS EL VUELO —

     Sí queridos, ella es la mujer que me dio la vida, se llama Amelia Ferrer, junto a su ex-esposo Matthew Hudson. Sentaos porque os voy a contar mi historia, igual nadie se lo habrá preguntado pero me importa un pepino.

     Uy, cuida ese vocabulario jovencita.

     Bien, un frío 20 de noviembre nació una hermosa persona –que se note el ego– llamada Victoria, Vicky para los amigos, en la ciudad de Zaragoza, Aragón. Esta hermosa niña vivía con su madre y su padre, pero cuando Vicky cumplió los 10 años, sus padres se separaron, aunque se siguen llevando bien, o al menos eso hacen ver. El querido Matthew se fue a vivir a California, más concretamente a San Diego. Mientras que Vicky y su madre se quedaron en Zaragoza.

     ¿Y bien? ¿Qué os ha parecido la historia? Increíble, ¿verdad? lo sé.

     En fin.

     Volvamos al presente. Mi madre se tiene que ir a Alemania por temas de trabajo, ya que tanto ella como mi padre son cirujanos, así que hemos decidido irme una temporada a San Diego con mi padre, ya qué nunca he estado, aún.

     Lo que me gustan a mí los cambios nuevos, genial.

     Nuevo país, nuevo curso, nuevo idioma aunque se me de bien, nuevos amigos, nuevo equipo de baloncesto...

     Me siento tranquila sabiendo que mi padre es el entrenador de los equipos de baloncesto del instituto, tanto el masculino como el femenino, así qué no tendré problema en acceder.

     Llevo desde los 7 años jugando a baloncesto con mi papá, es decir llevo 10 años jugando. Cuando él se fue, yo seguí jugando en mi instituto pero con menos motivación, aunque siempre ha sido mi vía de escape.

     No me gusta relacionarme con gente, por lo que nunca he tenido a alguien como mejor amigo/a y tampoco sé lo que se siente tener una relación de amistad.

    No me quejo, de hecho me gusta estar sola, que no es lo mismo que sentirme sola, pero bueno, ya me iréis conociendo.