Hayanamiento

14 0 0
                                    

Era una noche cuando ocurrió, ese cuatro de enero lo cambió todo.
Tenia unos 15 años, me encontraba en un camping que solia frecuentar. Obviamente tenia amigos, de esos con los que te suelen pasar cosas interesantes. Ese día no solo pasó algo interesante, pasó algo fuerte que nos cambiaria para el resto de nuestras vidas.
Eran las 11 de la noche, a Espe se le había metido en la cabeza el querer colarse en una casa abandonada cerca del camping.
-Vamos chicos no seais unos muermos, dicen que esta encantada y que todo el que entra ya no sale-
-¿Enserio te crees esas chorradas?- dijo Maria.
Decia que estaba encantada, claramente los cinco nos reimos, menos Pablo. Pablo era el tipico chico incomprendido y callado, pero le gustaba Espe, asi que todo lo que queria ella o dijese iva a misa.
-No sabemos si esta encantada o no, pero puede ser divertido-
-Si tantas ganas teneis entramos y ya esta, yo no me creo esas mierdas asi que no va a pasarnos nada por entrar en una vieja y roñosa casa-  Dije, sin pensar en lo que realmente conllevaria eso.
Nos pusimos en camino a la susodicha  casa abandonada, Espe y Pablo en cabeza, seguidos de Albert y Maria, y por último Pol y yo. La niebla caia sobre nosotros dejandonos muy poca vista para proseguir el camino. -Poned la linterna del movil- Dijo Albert. Pero no sirvió de mucho, ni siquiera la luz del movil podia dejarnos ver dicho camino. -Deberiamos volver- Gritó Pol, que desde un principio no le gustó la idea. Justo pronunciar esas palabras la esquina de la famosa casa asomaba. La niebla iva desapareciendo, dejando ver unos muros antiguos y derruidos cubridos por la mugre y las plantas. -¡Flipa joder que puta pasada!- Dije asombrada, siempre me han gustado los sitios que estan abandonados y en ruinas.
-A mi esto sigue sin convencerme- Susurró Pol, aun sabiendo que no nos haria cambiar de opinion.

Lentamente nos acercamos a la puerta, ovbiamente estaba cerrada. - Dejadme que voy a intentar abrirla- Dijo Espe, usando una orquilla de pelo. -¿Realmente crees que eso va a funcionar?-Dije. -En las pelis lo hacen asi- Respondió ella. Tras varios intentos nulos decidimos investigar la zona por si acaso habia otra entrada, y asi era. Pablo tropezó y al bajar la mirada vio una especie de trampilla. -¿La abrimos?- Dijo con una mirada un tanto dudosa. Entre todos decidimos abrirla a la de tres. -Unos, dos y ...- Se nos quedó una cara de interrogante, pues estaba lleno de agua. Al parecer era una especie de sotano con agua, algo que ninguno de nosotros se esperaba. Quizas en nuestras cabezas imaginabamos un tetrico sotano en ruinas con alguien muerto en el.

Mi PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora