Capítulo 10

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- Oh por Dios Claudio- gritó la niña- mira

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- Oh por Dios Claudio- gritó la niña- mira.

Claudio levantó la vista-conque esas tenemos- dijo sonriente- ¿le viste la cara?

Tony negó- pero no tiene el cabello rubio.

- ¿Y tú de dónde rayos sacas eso?- preguntó confundido.

Tony suspiró- porque mi mamá ha desarrollado un gusto por "CSI" y te juro que si el cabello que encontró en la chaqueta de Kevin no hubiese sido de nylon seguramente le hubiera prueba de ADN.

- Bueno, tampoco es castaña- miró curioso- ¿será la misma?

Tony se encogió de hombros- no sé.

- Creo que sí- dijo no muy seguro-  en la foto se alcanzaba a ver una parte de la mujer- sacó su celular- mírala.

Tony miró el celular y el perfil de la mujer en el auto de Kevin- es ella, su perfil es el mismo que la de la foto.

Claudio sacó una amplia sonrisa- bien Tony, tenemos a la presa.

- Sí, "cazador de cocodrilos"- dijo riendo.

Claudio la miró sin entender- ¿cocodrilos?

Tony rodó los ojos- ¿no ves que la tipa lleva un abrigo de piel de cocodrilo?- preguntó señalando-  muy mal, eso es de tan mal gusto por Dios, se le nota la poca clase que tiene no puedo creer que Kevin se haya fijado en ella.

- Bueno ya lo tenemos ahora vámonos.

Tony negó- ¿no vamos a hacer nada?

Claudio negó- ni te preocupes Tony- le sonrió- yo me encargaré de todo.

- Odio cuando sonríes de esa manera- dijo sincera- me dan escalofríos.

Claudio le sonrió nuevamente de la misma forma y provocó que esta lo ignorará seguidamente encendió el auto y se fueron.

- Tengo algo que talvez le pueda servir- dijo buscando en su bolsa.

- Bien, pero primero me gustaría que me siguieras tratando de tú- dijo sonriente.

- Lo siento.

- ¿Tienes que pedir disculpas por todo?

Emilia se encogió de hombros- perdón.

Kevin soltó una sincera carcajada- veo que es algo natural, pero no te preocupes, acostumbrate a tutearme- ella asintió- me dijiste que trajiste algo que me puede servir.

Emilia sacó la libreta- son teléfonos, de distintos prostíbulos y bares que proveen compañía femenina y también masculina.

- ¿También hay hombres?- preguntó curioso.

Emilia asintió- las mujeres también tienen sus necesidades, en la pensión en que yo vivo hay un chico que se llama Jorgie, trabaja todas las noches en un bar donde baila, a eso de las doce subastan los bailarines y las mujeres se los llevan.

Como Yo Nadie Te Ha AmadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora