Hace muchos años en un pequeño pueblo existía una gran familia que cada mañana salía a trabajar en los cultivos del café. Los adultos trabajaban muy duro en sus cosechas, enseñaban a sus hijos la gran responsabilidad que existía en cuidar estas tierras. En realidad eran muy unidos, les gustaba sentirse en compañía de los árboles y el calor que les brindaba los rayos del sol.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A la madrugada del día siguiente se dirigieron a sus tierras para seguirlas trabajando,pero de pronto observaron que sus plantas estaban repletas de espinas y plagas que no dejaban mirar ni un sólo grano de café, no entendían que había sucedido, pensaron que tal vez no le habían dedicado el tiempo suficiente y por eso lo ocurrido. De repente aparece un señor rodeado de una luz brillante jamás vista, asombrados le preguntaron quien era, el señor contesta; -soy su guiador, yo les enseñaré a sembrar con amor sus cultivos-, lo primero lo que deben hacer es involucrar a los más pequeños porque ellos tienen la inocencia y sabiduría para hacerlo, deben depositar en ellos su confianza,porque serán estos los que permitirán que sus granos no desaparezcan y seguirán creciendo más y más, de descendencia en descendencia. Al escuchar el mensaje que les había transmitido aquel personaje decidieron enseñarles aún más a los niños la gran labor de cultivar un exquisito café .
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En él transcurso de los meses,las plantas gozaron nuevamente de un verde brillante muy hermoso, el sol penetró en la tierra y el café volvió a florecer.
