Capitulo único

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Elisa se despertó sobresaltada, el sueño repitiéndose en su memoria. En él, un extraño ser de aspecto humanoide la observaba sobre la cama. Su voz era sedosa y la mantenía en calma.

Vamos Elisa... Cualquier cosas... Solo pidelo...

Los susurros se repetían una y otra vez, entremezclando en su cabeza hasta crear un canto.

−Quiero... −Susurró ella, embrujada por aquel cántico.

¿Qué deseas Elisa? Vamos... Cualquier cosa... Solo pídelo...

−Quiero ser la más bella.

Concedido...

Decidió ahuyentar el extraño sueño con un baño y luego salir por un cafe.

Luego de este y antes de salir se acercó al espejo aún empañado y no pudo evitar mirarse con atención, como si esperase encontrar algún cambio.

Tonterías mias, susurro, antes de apagar todo y tomar rumbo a su cafetería favorita.

Las calles estaban extrañamente silenciosas.

No se veían personas pese al buen clima del día invernal.

Dobló en la esquina y un chico en dirección contraria chocar contra ella.

−¡Hey! Ten cuidado.

El joven levantó la cabeza con capucha la cual cayó por el rápido movimiento y la miro.

O lo hubiese hecho de tener ojos.

Su rostro en blanco carecía de cualquier rasgo. Ojos, nariz, boca. Todo había desaparecido.

Elisa grito de horror e intentó correr antes que el joven agarró su brazo.

El movimiento pareció atraer más gente y al verlas, Elisa aterrada, corroboro que ninguno tenía rostro.

Giro rápidamente y corrió a su casa. Los humanoides la perseguían a paso inestable, como si no estuviesen seguros de dónde pisar.

Al llegar, cerró la puerta con llave. Pronto comenzaron a escucharse golpes. Venían desde la puerta, desde la ventanas, incluso desde las paredes.

Elisa lloro en el suelo intentando hacerse lo más pequeña. Una mano en su boca en un vano intento de guardar silencio.

Luego comenzaron los susurros.

Eran iguales que los de su sueño. Parecían no venir de ninguna parte pero la rodeaban y ahogaban de igual manera.

Lo escuchamos todo...

Todo lo escuchamos...

Tu voz... Tu respiración... Tu corazón latir...

Los cantos del cielo... Los lamentos del infierno... Todo lo escuchamos...

Elisa quería gritar pero temía que eso solo atrajera más seres a su casa.

Luego un golpe mas fuerte se escuchó, el vidrio quebrándose y alguien entrando.

No pudo contener el grito alojado en su garganta.

Cinco personas habían logrado entrar, movían sus blancas cabezas como si la observarán, sus manos extendidas hacia ella.

Bella... bella... la más bella...

Los susurros aumentaban de volumen.

Uno de los seres le agarró los brazos y otro paso su mano de manera suave por su rostro.

Delineo su boca, el contorno de su nariz y sus ojos.

Bella...

Comenzó a hiperventilar y en algún momento debe haberse desmayado.

Ahora esta allí, en algún lugar, dentro de una caja de cristal, su mundo completamente reducido a los susurros de bocas mudas.

Mantenida como una muñeca para ser acariciada cada vez que uno de los seres se acercaba a su caja.

Un objeto en exposición.

Bella... Tan bella...

Susurros de una boca mudaWhere stories live. Discover now