𝙉𝙤 𝙗𝙖𝙟𝙚𝙨 𝙡𝙖 𝙜𝙪𝙖𝙧𝙙𝙞𝙖

t r e s.

—Supongo que le diste una lección—Mencionó acariciando su mentón.

—Todos le dimos una lección—Ella asintió.

— ¿Por qué todos? —Cuestionó confundido.

—Porque trabajamos en equipo—Puso una de sus manos en su hombro.

—Pero yo no dije nada—Reflexionó.

—Eso no es importante.

—Bueno, admito que lo hicimos todos... Pero hay que idear un plan, para que no moleste a los demás—Finalizó.

—Tranquilo, tenemos todo bajo control—Le dio un pequeño golpe en el brazo.

—Bueno, hay que apresurarse, no estaremos evitándolo todos los días, hay que idear un plan—La miró.

—Eso ya lo veremos amigo—Se frotó las manos ideando el plan.

—Me preocupas Erizo—Respondió. —. ¿Qué es lo que tramas? —Preguntó.

—Y tú a mí. No estoy planeando nada, estoy imaginando el plan, ¿No era lo que querías?

—Sí, pero todos nosotros—Rodó los ojos y formó una sonrisa.

— ¡Chicos, espérennos, ese bosque es peligroso! —Vociferó corriendo con el chico agarrándole sus pequeñas manos.

— ¿Qué te pasa? ¿Por qué Pepper está cansado? —Respondió Oscar.

—Estábamos buscándolos al salir de la cafetería—Comentó limpiando sus mangas. —. No pueden ir a ése lugar—Apuntó el bosque.

— ¿Espera qué? —Cuestionó la fémina y se volteó a ver el bosque. — ¿Esto es lindo, porqué no quieres que estemos aquí? —Se volteó otra vez y observó la chica enojada. —Ok, no sé qué es lo que pasa, pero es mejor que nos expliques...

—Miren, ya le he dicho a Pepper que tuviera mucho cuidado—Lucy les dio un pequeño jalón.

— ¡Buu! Si algunos de los campistas quieren ir al bosque, ¿Qué hay de malo con eso? —Abucheó el joven soltando su mano de la chica de lentes.

— ¡Él actúa extraño chicos! —Exclamó.

—Mira Lucy, tranquilízate; estamos haciendo un plan para que ese chico no esté molestando a ninguno de nosotros—Explicó la chica correspondiendo al acto de su amigo.

— ¿Y qué? Tengo que proteger a mis amigos, mi deber es que estén seguros—Mencionó.

— ¿Acaso no puedes calmarte un rato? —Preguntó la chica, sus acciones no eran rivales para la otra de brazos cruzados, así que no tenía otra opción más que obedecerla.

—Bien, te haremos caso, ¿Algo más que nos quieras decir? — Preguntó cansada.

—No—Mencionó la chica escondiendo sus brazos.

—Quién podría decir qué, en los primeros días de campamento ya estuvieran apareciendo problemas...

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¡Hola! 

¡Feliz Año Nuevo!

Espero que les haya gustado este capítulo.

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