En una mañana doña Ofelia una pobre y anciana señora que cuenta con sus 86 años prepara el desayuno a su esposo de 89 años llamado Gonzalo quien se levantaba con dificultad debido a un fuerte dolor por su corazón, su amada le atendió para que pueda calmarse, Don Gonzalo y doña OFelia no tuvieron hijos ni nietos, Don Gonzalo nunca se puso triste debido a que siempre estuvo con su amada y eso era todo para el su mujer, un día don Gonzalo se levanto de su cama y vio que no se encontraba su querida la reviso por toda la casa y nada, ella había ido al pueblo por víveres pero para su mala suerte no iba a volver más pues le había dado un paro cardiaco eso lo hizo sentir mal, fue a la cocina llorando y encontró dos tazitas de café sobre en la mesa y una nota de ella que decía: Amor te dejo el desayuno para que puedas desayunar, yo iré al pueblo a comprar espero regresar y poder tomarme una tazita de café con el hombre a quien mas amo, te ama por siempre Ofelia.