•Bound to you•

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—Me gustas.—

Esa simple frase dicha por el muchacho de cabello azul fue suficiente para acabar con las risas y tornar el ambiente incómodo. Muy incomodo.

—Alex... lo siento, no puedo corresponderte.— Fue lo que Kentin pudo responder después de un rato de silencio que pareció eterno. Realmente se sentía fatal porque sabía lo que su respuesta causaría en el contrario, pero no podía mentirle, ni mentirse. Él no era homosexual.

Alexy había sentido como si su mundo se derrumbase, aunque en el fondo y a pesar de no querer aceptarlo lo sabía. Ese hermoso chico castaño con ojos esmeraldas era inalcanzable, pero a pesar de saberlo con anticipación le dolía porque era completamente distinto el hecho de escucharlo de sus labios. Mordió su labio para contener las lágrimas y guardó silencio, y Kentin también guardó silencio. Luego, fue Alexy quien se levantó de aquella banca en el parque primero, dispuesto a irse.

—Lo entiendo. Me iré primero.— Kentin también se levantó, con un gesto de preocupación y el corazón oprimido, tal vez no podía corresponder a sus sentimientos, pero era su mejor amigo y no quería verlo sufrir, aunque lamentablemente no podía hacer nada para evitarlo.

—Lo lamento. ¿Podemos seguir siendo amigos?—

—Claro.— No lo miró, porque si lo hacía no podría evitar derrumbarse por completo frente a él, y ante todo debía evitar eso. Tras despedirse se encaminó a su hogar, Kentin se había ofrecido a acompañarlo, cosa que evidentemente el rechazó, y el castaño no insistió; agradeció eso infinitamente.

☆★☆

Era ya pasada la media noche. Armin se encontraba en su habitación, jugando videojuegos como de costumbre, después de todo esa noche no tenía motivos para no dar rienda suelta a la diversión; sus padres habían ido a visitar a un familiar enfermo y no regresarían hasta el día siguiente y Alex tenía permiso de pasar la noche en casa de Kentin. Frunció el ceño cuando pensó en eso, desde que las vacaciones habían comenzado su hermano no había hecho más que quedar con el castaño, y cuando no estaba con él estaba hablando de él, completamente enamorado. Le jodía porque sabía que ni Kentin ni nadie podría apreciar lo suficiente a su querido gemelo.

Estaba tan metido en sus pensamientos que cuando la puerta de su habitación se abrió de golpe pegó un salto por el susto. Parado en el marco de su puerta estaba Alexy, y no hacia falta ser muy listo para darse cuenta de que algo iba mal.

—Me has asustado, no te oí llegar.— dejo de lado su consola, de todas maneras por la distracción ya había perdido la partida.

En silencio Alexy se sentó al lado de Armin en la cama, este último estaba atento a sus acciones, esperando a que soltara la sopa, sabía que lo haría.

—¿Ya cenaste?—

—Mmm, no, pero dudo que hayas sacrificado una noche con tu amado Kentinito por venir a cerciorarte de si he cenado, ¿o si?— de nuevo silencio, aunque esta vez duro poco puesto que los sollozos de Alexy no tardaron en hacerse oír entre la tranquilidad de la habitación, inmediatamente Armin lo envolvió entre sus brazos, y él se limitó a acurrucarse en su pecho mientras liberaba el llanto que había contenido durante todo su camino a casa. Ese abrazo era lo que había añorado desde que se había despedido de Kentin, ese abrazo era lo único que realmente necesitaba en ese momento, nada más.

Armin podía ser descuidado e incluso a veces parecer desinteresado por absolutamente cualquier cosa que no fueran sus videojuegos, pero la realidad era muy distinta, el siempre estaba ahí para apoyarlo en sus momentos de crisis, y también el los momentos felices.

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